Habían pasado ya más de 30 minutos, pero Jesús aún caminaba de un lado al otro del mostrador del restaurante de poke que regenta en la avenida del Cid. No terminaba de creerse lo que acababa de presenciar. «Estoy todavía en shock. Es una escena que no voy a poder olvidar en la vida», repetía una y otra vez. Su determinación permitió salvar la vida del hombre que se quemó a lo bonzo a escasos 10 metros de su comercio. Él y otra persona rociaron un extintor que sofocó las llamas que devoraron en cuestión de segundos al ciudadano nepalí que viajó hasta Burgos y trató de quitarse la vida tras una discusión con su mujer.
Su testimonio sirvió también a la Policía Nacional para reconstruir los hechos. «No sabía muy bien qué pasaba. De repente vi a una mujer que gritaba y que pedía a otra persona que no lo hiciera. Pensaba que estaba en peligro», comienza el relato. Nada más salir, vio al hombre envuelto en una bola de fuego ante la inacción de muchos de los testigos. Lo que más le mosqueó fue que algunos sólo tuvieran determinación a la hora de sacar el teléfono y ponerse a grabar. «Les recriminé que lo hicieran en vez de ayudar. Era algo muy grave como para estar con el móvil», lamenta.
Rápidamente, Jesús entró en la peluquería aneja y pidió a niños que estaban en la zona que se metiesen dentro. Después, sacó un extintor y fue directo a rociarlo sobre la víctima. En ese momento, otra persona descargó otro y sofocó las llamas. Acto seguido, intentó ayudar al hombre a incorporarse. Por un momento, reconoce, llegó a pensar que se trataba de una acción terrorista. «Impresionaba mucho verlo. Vi su pasaporte, que lo llevaba encima, y no se parecía en absoluto a la persona que estaba en la foto. Fue muy impactante», señaló.
(El testimonio completo y toda la información sobre este suceso, en la edición impresa de este jueves de Diario de Burgos o aquí)