Después de haber pasado tres semanas entre los suyos, refugiado en su pueblo natal de Quintanilla de las Viñas, el entrenador burgalés Miguel Ángel Portugal emprende hoy mismo viaje a Bolivia para afrontar su segunda temporada al frente del Club Bolívar, el principal equipo de fútbol del país con sede en La Paz.
Atrás queda ya su estreno boliviano vivido la pasada campaña, siendo éste más que positivo: tercer puesto en el Torneo Apertura y título de campeón del Torneo Clausura.
Por eso Portugal encara con ilusión su segundo año lejos de España, al tiempo que relata la experiencia de su primera etapa en el Bolívar. «El balance ha sido bueno. En el Apertura quedamos terceros con muy buenas sensaciones y en el Clausura, ya con el refuerzo de un buen delantero como el uruguayo William Ferreira, quedamos campeones. Además, sumamos 50 puntos, la primera vez que se lograba en el Clausura; entre los dos torneos nos quedamos a un gol de haber logrado cien, y en la Copa Libertadores nos eliminó un equipo como el Sao Paulo».
Miguel Ángel Portugal -centro- ayuda a elevar el trofeo que acredita al Club Bolívar como campeón de Torneo Clausura 12-13 de Bolivia. - Foto: M. A. Portugal Firmó por dos años y nunca olvidará cómo se fraguó su fichaje. «Fue a primeros de junio del año pasado. El dueño del club, Marcelo Claure, quería hacer un proyecto a medio plazo y a través de un intermediario contactó conmigo. Fui a Miami a negociar con él y allí me dijo que estaba haciendo un cásting entre varios entrenadores para decidirse por uno. Volví a España sin muchas esperanzas, pero al día siguiente me volvió a llamar y me dijo que yo era el elegido».
Portugal viajó entonces hasta La Paz y a partir de ahí se abrió ante él un mundo lleno de novedades. «Fue un contraste duro ir de España a Miami y luego llegar a La Paz y ver su nivel de vida tan distinto. Además, bajé del avión y sin descanso me incorporé al equipo, que ya estaba haciendo la pretemporada en un hotel con instalaciones próximas para entrenar. Enseguida detecté mucho entusiasmo por los jugadores, pero también algo de alejamiento por trabajar con un entrenador español».
De hecho sus ideas futbolísticas y su forma de trabajar no tardaron en chocar con las de los jugadores o sus compañeros del equipo técnico, todos bolivianos menos el español Gonzalo Abando, preparador físico con un gran historial en el Athletic de Bilbao.
«Tuve que cambiar bastantes cosas. Su disciplina horaria no era como la de cualquier club de Europa y también incorporé formas novedosas referentes al trabajo táctico. No estaban acostumbrados a los controles de peso, alimenticios, analíticas de sangre y otros, y en eso fuimos rígidos. Por contra estaban habituados a concentraciones de dos semanas en plena temporada porque tenían que jugar tres partidos, y eso también lo cambié. Era como no confiar en ellos, pero si eran profesionales había que darles confianza, ya que los primeros interesados en cuidarse y llevar una vida saludable debían ser ellos mismos», comenta Miguel Ángel Portugal.
Su plantilla, integrada por varios jugadores de la selección de Bolivia, respondió bien y al final los resultados llegaron. «Tenía ocho en la selección y eso también lo notó el equipo. Se concentra varias veces a lo largo del año para jugar sus partidos, pero a diferencia de en España los jugadores son concentrados tres semanas antes y durante ese tiempo tan largo la competición de Liga se para. Por eso luego tuvimos que jugar el grueso de partidos del Apertura o Clausura en solo cuatro meses».
Portugal destaca además la gran pasión que hay en Bolivia por el fútbol. «Es el deporte rey, no se interesan por otro. Hay cantidad de mujeres que lo practican en cualquier campo de barrio, pero también los empresarios de nivel lo usan como vía de escape. Es para ellos lo que ahora en España puede representar el pádel entendido como forma de desconectar».
El exjugador, entre otros, del Burgos CF, Real Madrid, Real Burgos o Rayo Vallecano, confiesa que su relación con los medios de comunicación no ha sido esta temporada la más deseable. «Tras mis primeras ruedas de prensa salieron titulares en los periódicos tergiversando lo que yo decía o interpretándolo de forma errónea. Pensé que era por la distinta forma de hablar en España y Bolivia para decir lo mismo, pero la historia siguió repitiéndose y tomé la decisión de no dar ruedas de prensa».
Por último, y a modo de anécdota, Miguel Ángel Portugal recuerda la que ha sido su primera y hasta el momento única expulsión con el Bolívar. «Fue por pedir una tarjeta para un rival. El árbitro decidió expulsarme y a continuación me rodearon doce militares que estaban velando por la seguridad del estadio para guiarme hasta los vestuarios. Me dijeron que era para protegerme del público».