El ejemplo extremo de las dificultades a las que se enfrentan los pueblos poder ejecutar a tiempo obras en sus pueblos se exhibe estos días, a modo de tétrica obra de arte, en la capilla lateral de la Iglesia de Santiago Apóstol de Quintana del Pidio conocida popularmente como la del Tumbao. Los escombros se acumulan a centímetros de la antiquísima pila bautismal, -vestigio del originario templo románico-, y frente a las tallas que los fieles sacan en procesión en Semana Santa. Se han salvado, de momento, porque vuelven las lluvias y el entramado de madera que asoma por el agujero no parece capaz de resistir ni un aguacero más.
Una primera licitación de la obra se lanzó en octubre por 102.954,26 euros y quedó desierta. La segunda se publicó en febrero con un incremento de 40.000 euros (143.744,77) y sigue sin adjudicarse. La localidad ribereña recibió una de las mayores subvenciones en la última convocatoria del convenio de las goteras, 92.000 euros de la Diputación de Burgos y del Arzobispado. Ahora se pueden encontrar con dos problemas, puesto que no van a cumplir los plazos estipulados para la ejecución y justificación de los trabajos (final de abril).
A día de hoy, urge sin embargo impedir que el agua entre a borbotones por la zona de la cubierta que ha quedado literalmente al aire y que además se encuentra a un nivel inferior que el del tejado principal, lo que dirige la lluvia hacia allí. El alcalde, Jesús Antonio Marín, y el párroco, Ramón Delgado, visitaron ayer el templo para comprobar in situ la magnitud de los daños y en colaboración con el Arzobispado evitar males mayores.
Javier, vecino de Quintana del Pidio, contempla los escombros acumulados en la capilla del Cristo. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso(Más información, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos o aquí)