Los efectos de la DANA que arrasó más de 70 municipios de la provincia de Valencia y varios en Castilla-La Mancha siguen siendo, más de una semana después, perfectamente palpables. Catarroja es una de esas localidades que quedó anegada por el barro, la basura y los desechos y que, gracias al inconmensurable trabajo de los voluntarios, trata poco a poco de volver a la normalidad.
Sin embargo las largas jornadas de limpieza hacen mella en los precarios equipos que estas personas disponen. De este modo, desde el pueblo se lanzó un SOS a la desesperada para conseguir todo tipo de prendas que permitan proseguir con las labores de recuperación. Y ahí entra en acción Pradoluengo, villa textil por antonomasia y referente en la fabricación de calcetines en el norte del país.
La llamada de socorro que se produjo desde el municipio valenciano reconoció que estos elementos para proteger los pies se han vuelto un «bien esencial» para la comodidad y la salud de quienes sufren este desastre. Sin pensárselo ni un solo instante, la alcaldesa, Susana Díez, puso en marcha toda la maquinaria y contactó con los principales fabricantes de la villa, que se mostraron encantados de colaborar.
Ayer jueves un camión de la Diputación se llevó varias cajas repletas de pares, más de dos centenares, que este viernes llegarán al este de la Península. «Haremos todo lo que esté en nuestra mano para ayudar», reconoce la regidora, que se muestra «tremendamente orgullosa» de la respuesta que han tenido los vecinos y las compañías ante la catástrofe natural. Hasta ocho talleres de todos los tamaños han estado trayendo unidades en los últimos días a la puerta del Consistorio, amén de las donaciones que cada particular ha ido entregando a los voluntarios. «La gente está muy concienciada», explica Roberto, vecino de Pradoluengo que ha colaborado activamente en esta campaña.
Sin duelo. «Nos gustaría contar con vuestra ayuda para convertirnos en un punto de distribución a largo plazo, ya que el trabajo de recuperación será continuo y de largo alcance», se lee en el correo electrónico remitido desde Catarroja hasta el Ayuntamiento burgalés. «Si necesitan más, que tengan por seguro que estaremos a la altura», reconoce Roberto.
Además de las prendas, los vecinos han colaborado con la donación de todo tipo de productos de alimentación, limpieza o higiene para hacer algo más fácil la vida a los valencianos que lo han perdido todo.