Los resultados de los últimos comicios daban a la arandina Raquel González un puesto en el Senado, como tercera de las listas a la Cámara Alta por el PP burgalés. La pregunta que sigue sin respuesta es si, a partir del 17 de agosto en que tome posesión de su acta de senadora, conservará también la de concejala en el Ayuntamiento de Aranda, donde es la portavoz del grupo popular, ahora en la oposición municipal. Consultada por esta redacción, González se limitó a decir que «sobre eso, ahora mismo, no voy a hacer declaraciones porque todavía está todo en el aire», posponiendo cualquier comentario a después de su toma de posesión en el Senado.
Sin embargo, si se sigue la tónica marcada por el Partido Popular en anteriores ocasiones en las que un cargo público ha sido elegido para ocupar un sillón en otra institución pública -excepto la Diputación provincial, donde es preceptivo ser concejal para formar parte de la misma-, la también presidenta del PP en la Ribera del Duero no podría compatibilizar las responsabilidades municipales con el trabajo en el Senado, por lo que dejaría su acta en el Ayuntamiento de Aranda. De ser así, la quinta plaza de edil en el grupo popular la ocuparía la siguiente en la lista, Teresa Bermejo, que ya tiene experiencia municipal al haber ocupado, además, la concejalía de Juventud y Festejos durante más de la mitad del último mandato.
Otra incógnita a despejar es quién ocuparía la labor de portavoz de los populares arandinos en el Ayuntamiento. En el caso de que González abandone su labor municipal, la elección estaría entre la número 2 de las listas, Virginia Martínez, que acaba de estrenarse en el ámbito de la política local, o quien ya ejerciera de portavoz del equipo de gobierno del PP, Cristina Valderas, además de ser concejala de Servicios Sociales y contar con una mayor experiencia en este terreno y en el de la militancia en las filas del PP. Fuentes cercanas al partido apuntan a que, en la elección, pesaría más estas dos cualidades, de las que carece aún Martínez.