Javi López-Pinto es uno de esos jóvenes Sub-23 que el Burgos CF ha fichado para que estén a caballo entre el filial y el primer equipo. Junto a Iván Serrano, Pol Bassa y Saúl del Cerro ha comenzado la pretemporada a las órdenes de Julián Calero. Ha sido titular en los dos encuentros que ha disputado el equipo y el miércoles en Astorga logró su primera diana como blanquinegro.

Es de Barcelona, tiene 21 años y en ambos amistosos no ha desentonado con respecto a los jugadores de la primera plantilla. En Medina de Pomar actuó por la banda izquierda y en La Eragudina de Astorga lo hizo por la derecha.

Es un jugador atrevido, con uno contra uno y un hombre que encara y busca a su defensor siempre que puede. Está demostrando su calidad y, en caso de necesidad, podría echarle una mano al Burgos CF en la competición liguera.

Los planes son que juegue y se siga formando en el filial con Carlos Aguilera. Tiene experiencia en la Segunda RFEF y es que la pasada campaña, con solo 20 años, fue indiscutible en el Cerdanyola catalán, con el que jugó 32 encuentros, acumuló 1.139 minutos sobre el terreno de juego y logró dos dianas.

El equipo acabó perdiendo la categoría en la eliminatoria de play out y descendió en Tercera RFEF. Es una de las apuestas de la dirección deportiva, un futbolista con mucho margen de mejora que estará en dinámica de primer equipo y que deberá ser uno de los jugadores importantes en el Segunda RFEF.

Ha aportado su granito de arena tanto contra el Alavés como ante el Lugo y está echando una mano a un Burgos que, por el momento, anda falto de efectivos en posiciones de ataque pese a la incorporación de Álex Bermejo.