El presidente de la Asociación de Industrias Alimentarias de Castilla y León (Vitartis), Santiago Miguel, ha mantenido un encuentro con el consejero de Economía y Hacienda de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, con el fin de darle a conocer el documento 'Crecer haciendo crecer: Estrategia para el fortalecimiento de la industria alimentaria de Castilla y León', en el que se explican los siete ejes en los que se puede apoyar el crecimiento del sector a corto y medio plazo.
En el transcurso del encuentro -en el que participaron el viceconsejero de Economía y Competitividad, Carlos Martín Tobalina, y la directora de Vitartis, Cristina Ramírez-, el consejero expresó su apoyo a la estrategia elaborada por Vitartis, que pone en valor el sector alimentario como motor de desarrollo de Castilla y León, cuyos ejes de desarrollo coinciden en lo fundamental con los objetivos del Plan Estratégico de la Industria Agroalimentaria del Gobierno regional, presentado en noviembre por el presidente Fernández Mañueco.
El presidente de Vitartis, según un comunicado de la asociación recogido por Ical, destacó la importancia de apoyar el fortalecimiento de las empresas alimentarias, la actividad del sector industrial que más aporta al VAB regional, por su impacto en la mejora del empleo y del bienestar social, especialmente en poblaciones del medio rural.
Santiago Miguel se refirió, en este sentido, al fuerte arraigo territorial de las industrias alimentarias, el 45 por ciento de las cuales se asienta en poblaciones de menos de 2.000 habitantes.
Según el estudio elaborado por Vitartis, en colaboración con el equipo de expertos de Cajamar, la industria alimentaria de Castilla y León se sitúa 24 puntos por encima de la media nacional del sector en términos de productividad.
En relación con la Estrategia para el fortalecimiento de la industria alimentaria de Castilla y León, el presidente de Vitartis explicó al consejero de Economía y Hacienda los siete ejes en los que se concretan las vías de crecimiento del sector a corto y medio plazo: estimular a las empresas para que aumenten su propio tamaño; explicar el atractivo del sector para atraer talento; asumir los criterios de sostenibilidad para diferenciar el producto y competir mejor; reforzar la inversión en innovación y digitalización; abrir la actividad de las empresas a nuevos mercados; mejorar las infraestructuras de comunicación, transporte y logística y generar un clima de confianza en un contexto regulatorio y económico complejo.