La dirección de Kronospan ha comunicado a los trabajadores de la fábrica de Castañares su intención de llevar a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE) con 50 despidos, el 20% de una plantilla integrada actualmente por 242 trabajadores (incluidos los jubilados parciales). Los argumentos para adoptar esta medida, planteada pocos días después de que el Juzgado de lo Mercantil de Burgos ratificase la adjudicación en firme de esta planta a la multinacional austriaca, son el exceso de capacidad instalada y falta de trabajo por la mala situación que atraviesa el mercado maderero en España. La firma acumula unas pérdidas desde el pasado mes de enero, inicio de la actividad con los nuevos propietarios, de más de 6 millones de euros, a razón de un millón al mes.
Los despidos han sido comunicados y razonados esta semana por la dirección al comité de empresa y ya son conocidos por la plantilla.Se está a la espera de que se presente el oportuno ERE y se abra el mes de consultas previas para intentar negociar y alcanzar un acuerdo que, como mal menor, pudiese favorecer a los trabajadores de más edad que estén barajando su salida.
Los plazos, coinciden las fuentes consultadas, los marca el EREtemporal que afecta desde finales de enero y de forma rotatoria a 191 empleados y que finalizará el próximo 7 de agosto, una medida que se aplicó en su momento para intentar amortiguar la falta de trabajo con la que arrancó la planta.
Los despidos anunciados irían en contra del acuerdo por el que se adjudicó Interbon a Kronospan, que obligaban a la adjudicataria a asumir el 100% de la plantilla, entre otras condiciones.
Ajustes
En Castañares solo está en funcionamiento una de las dos líneas de producción de tablero, línea que cubre de largo la actual demanda del mercado nacional, muy castigado por la crisis del sector de la construcción. De hecho, a la empresa no le es rentable activar hoy por hoy toda la capacidad de la fábrica.
La situación que vive Interbon es diferente a la de Unopan. Aunque la planta de Salas de los Infantes también arrastra pérdidas, tiene una plantilla más ajustada a las necesidades del mercado y, por el momento, puede solventar mejor la situación.
Pese a los ajustes, Kronospan continúa con su apuesta por Burgos, reforzada en los últimos días con la compra en subasta judicial de otra fábrica maderera en Benavente, Interpanel. Asimismo, está incrementando sus esfuerzos comerciales para ganar cuota de mercado, además de en España, en el norte de África y Francia.