La nostalgia de compartir colores

RODRIGO C. LEÓN / Aranda
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José Luis Vergara y Borja Rubiato vistieron las camisetas de Arandina y Cádiz. Con motivo del histórico duelo de Copa del Rey, ambos se han sentado con Diario de Burgos para analizar el partido y recordar sus épocas en los dos clubes

José Luis Vergara (i) y Borja Rubiato. - Foto: Julio Calvo

Arandina y Cádiz comparten mucho más que destino en Copa del Rey. Caprichos del fútbol o curiosidades del destino, dos futbolistas que dejaron huella como blanquiazules, también han vestido la zamarra amarilla. La calidad de José Luis Vergara y los goles Borja Rubiato también hicieron acto de presencia en el Ramón de Carranza. Dos jugadores con trayectorias envidiables, y cuyo destino les ha brindado la oportunidad de vivir esta eliminatoria con el corazón dividido, pero lleno de orgullo.

 

 

José Luis Vergara

Jugador de la Arandina en la temporada 2011/12

Jugador del Cádiz en la temporada 2012/13

 

La temporada 2011/12 dejó una huella imborrable para la Arandina. La primera campaña de los ribereños en 2ªB en su historia no tuvo un final feliz, pero dejó grandes recuerdos. El equipo no pudo mantener la categoría debido al excelso nivel de aquel Grupo II. Aquel grupo dirigido por Chino Zapatera contaba con nombres como Joaqui, Pacheta, José Ángel, Álex, Gabi, Landáburu... Aunque un jugador enamoró por encima del resto: José Luis Vergara.

El mediapunta malagueño firmó 7 dianas y se ganó el cariño de El Montecillo. Una temporada para enmarcar que le permitió dar el salto al que, casualidades de la vida, será el próximo rival de la Arandina en esta Copa del Rey: el Cádiz CF. Una eliminatoria que el propio Vergara verá desde su casa con el corazón dividido por su pasado futbolístico. "Son partidos preciosos que uno siempre quiere jugar. Los dos tienen una afición que defienden a los suyos a muerte", explica.

De su etapa a orillas del Duero, solo tiene buenas palabras. Aunque no puede evitar mencionar al frío burgalés, recuerda con un cariño especial su temporada como blanquiazul. "Fue un año bonito en lo personal. Aranda era un sitio muy bueno para crecer. Allí tuve mucha libertad, no notabas esa exigencia. Y eso me ayudó mucho a rendir al máximo nivel". A pesar de acordarse de la dureza de aquel descenso, prefiere quedarse con el lado humano de aquel vestuario y hace referencia al técnico de esa plantilla. "Chino Zapatera nos dejaba mucha libertad para hacer nuestro mejor fútbol", confiesa.

Aranda era un sitio muy bueno para crecer. Allí tuve mucha libertad

Sobre algún escenario concreto, Vergara elige un duelo en particular: la UD Salamanca y su comunión con El Helmántico. "Recuerdo que metieron como 18.000 personas en su campo. El resultado no acompañó, pero el equipo dio la cara ante un equipo de esa entidad y afición", rememora.

Curiosidades de la vida, el equipo blanquinegro estuvo a punto de ser su próximo destino tras abandonar Aranda. "Justo cuando iba a firmar con el Salamanca, recibí la llamada del Cádiz. Tenía el contrato firmado para mandarlo, pero no me lo pensé cuando vino el Cádiz", recuerda entre risas. Sin embargo, como amarillo apenas pudo disputar seis partidos. Circunstancia que aún está clavada para el mediapunta. "Tengo una espinita. No me salió buen año, ahí quizá me despedí un poco del fútbol profesional. Empecé a tener una rutina con la familia y a no cambiar cada año de equipo", explica. Un mal trago que no le nubla a la hora de deshacerse en elogios hacia la afición cadista. "Llenar el campo independientemente de la categoría no es fácil. No dejan de animar y se te ponen los vellos de punta cuando les oyes cantar".

José Luis Vergara durante su etapa como amarillo.

Ahora, con dos de sus clubes del pasado unidos en una eliminatoria copera, no puede evitar reconocer la enorme oportunidad que tendrá la Arandina al no partir como favorita. "El equipo va a ir a mil por mil. Van a disfrutar un partido tan especial", comenta. Aunque sitúa al Cádiz como claro favorito, también deja abierta la posibilidad de una "sorpresa" ribereña.

A sus 39 años y con mucha gasolina en el depósito aún, José Luis Vergara continúa repartiendo magia en el Atlético Marbella, de la Primera Andaluza de Málaga. Obseso reconocido del fútbol y con un guante de bota, se resiste a perder la ilusión por el balón.

 

Borja Rubiato

Jugador del Cádiz en la temporada 2007/08

Jugador de la Arandina en la temporada 2017/18 y 2018/19

 

Hablar de Borja Rubiato es hablar de gol. Sus 36 dianas todavía son recordadas en el Juan Carlos Higuero. En apenas año y medio, Rubiato pasó de ser un refuerzo invernal más, a liderar una de las Arandinas más respetadas durante su historia en Tercera División.

Al igual que para el anterior protagonista, el duelo copero entre Arandina y Cádiz será de lo más especial. Rubiato saboreó el empuje del Ramón de Carranza en plena juventud, así como la liberación de reventar la red de El Montecillo. Todo ello con casi 11 años de diferencia. "Son dos equipos a los que guardo un gran cariño de mi etapa como jugador. Ojalá puedan disfrutar de un gran partido, habrá un gran ambiente en la grada", explica Rubiato.

Con apenas 24 años y muchos aprendizajes en el Atlético de Madrid, Rubiato eligió al Cádiz como destino para la temporada 2007/08. En tierras andaluzas vivió un momento mágico para todo futbolista: un ascenso a Segunda División. "El equipo venía de descender y mantuvieron a jugadores como Kiko Casilla, Bezares, Silva... El ascenso fue algo mágico, sobre todo por la afición. Se porta muy bien con el equipo y anima muchísimo. Muy pasional", rememora.

El ascenso con el Cádiz fue algo mágico, sobre todo por la afición

De aquel año tan especial, también se acuerda de su técnico, Javi Gracia. "Coincidir con él me enseñó muchísimas cosas. A nivel global fue un año de vivencias muy bonitas".

11 veranos después y tras pasar incluso por Hong Kong, Rubiato firmó por la Arandina como fichaje invernal de referencia para lograr el ascenso a 2ªB. En la capital ribereña pasó una etapa de año y medio cargada de momentos emotivos. "Tengo recuerdos muy intensos. Venía de un año muy complicado en todos los sentidos y llegar aquí me hizo vivir una auténtica bestialidad. 15 porterías imbatidas, segundos...". Sin embargo, el destino lo citaría esa misma temporada con el que considera 'el momento más duro de su carrera': la trágica mañana soleada de play off ante el Almería B. "Que te saquen de esa manera, en ese escenario... es muy complicado. Pero al final me repuse y aposté por seguir un año más".

Su segundo curso como blanquiazul se volvió a saldar con otro ascenso fallido, pero con unos números de escándalo. Rubiato repitió como máximo goleador del equipo y se llevó a Zamora el mejor de los recuerdos de la Arandina. "Me llevé muchos aprendizajes deportivos y extradeportivos. El vestuario siempre fue un bloque muy unido y la afición nunca dejó de estar ahí", comenta nostálgico.

Ahora, asegura que verá la eliminatoria entre dos de sus clubes desde casa. Aunque prefiere no mojarse, no puede esconder la satisfacción que le produce ver a un amigo como Álex Izquierdo, cumplir metas en el club de su vida. "No hay nadie en Aranda que quiera más al club. Ha demostrado su valía a base de números asombrosos". Respecto al plano más futbolístico del partido entre Cádiz y Arandina, señala a "la intensidad" como factor clave. "La Arandina tiene un aliciente mayor que el Cádiz. Por el contexto, escenario... Es muy importante que la Arandina no encaje en los primeros minutos".

Tras dejar el fútbol hace dos cursos, Rubiato continúa con su faceta como técnico en el Juvenil DH del Alcorcón. El roceño dirige a la academia alfarera tras abandonar el Real Ávila, con el firme propósito de celebrar la salvación a final de temporada.