¿Eres amante de la lectura y tienes una imaginación sin límites? ¿Te gustaría vivir aventuras épicas, resolver misterios y crear historias inolvidables? Con estas dos preguntas, el recién nacido Club de Rol Pradoluengo El Rincón del Friki te invita a unirse a su comunidad. «Es una experiencia única donde podrás ser el protagonista de fantásticas historias, trabajar en equipo y desarrollar habilidades como la creatividad, la estrategia y la comunicación», explica Raúl Montejano, la persona de la que ha nacido esta iniciativa.
La idea es conseguir reunir a jugadores -ya son varios-, en torno a un grupo de WhatsApp. En él se va detallando el día y la hora de la partida y el tipo; el sitio siempre será el mismo. «Se lo propusimos al Ayuntamiento y la idea tuvo buena acogida, también por parte de los vecinos. Nos han cedido un local en la antigua guardería del que ya disponemos», cuenta el promotor, que asegura, que como «buen rolero» lo que gusta es enseñar y mostrar su afición a otras personas.
Las partidas, en principio, se desarrollarán los fines de semana y para sumarse no hace falta ser un experto. «La condición es tener más de 12 años. Estamos abiertos a todo tipo de público, aunque es conveniente que guste la lectura, ya que los libros de rol son gordos. Se juega con la imaginación, así que hay que tener ese interés», relata Montejano, que afirma que la carga del juego la lleva el director, «aunque es recomendable, no obligatorio, que cada integrante se lea la parte que le toca», añade.
Respecto a las partidas, el promotor asegura que se puede «jugar cualquier ambientación» y detalla que ellos se estrenaron hace unos fines de semana con La llamada de Cthulhu, una dinámica de rol de horror ambientado en los años veinte y en particular en los mitos de Cthulhu, un universo de ficción iniciado por el escritor estadounidense Howard Phillips Lovecraf.
Por ello, además de la lectura, los participantes tienen que tener afición por «la ciencia ficción y la fantasía», ya que la idea del rol «es explorar mundo». Cuando el jugador se sienta en la mesa, «el director propone una escena y cada persona representa a un personaje dentro de ese entorno y tiene que tomar decisiones», explica Montejano, que afirma que «no es difícil», que cada inscrito lo lleva de una forma y que «no hay una manera de jugar mejor o peor».
«Puedes interpretar tu personaje poniéndole voces y metiéndote en él o simplemente diciendo lo que hace como si fuera un juego de mesa sin tablero», añade.
El número de participantes por partida es de cuatro en el caso de sentarse en una mesa y de tres si es online. «Jugamos de las dos formas, en la sala de la que disponemos o cada uno en su casa con la webcam y el micrófono. Lo importante es vernos las caras y hablar de la partida», cuenta Montejano, que se inició en el este mundillo en 1995 en un club de rol de Getafe.
El aficionado de este tipo de iniciativas ha decidido poner en marcha el club tras la buena acogida que ha tenido en el pueblo el otro que creó hace meses, de pádel, y que tiene el mismo funcionamiento. Un grupo de WhatsApp desde el que quedan para jugar «y dar uso a la pista del pueblo». Ya son 60 integrantes, se han apuntado a un torneo interpueblos y el 13 de agosto celebraron un evento en torno a esta modalidad deportiva tan en liza últimamente.