El Mirandés afronta una semana decisiva en la que se juega la permanencia ante el Amorebieta el próximo domingo en Anduva a partir de las 18:30 horas. Uno de los problemas para Alessio Lisci estará en el eje de la zaga. Sergio Barcia se fue lesionado del Carlos Belmonte a los 24 minutos. Tiene una dolencia en la rodilla izquierda, mientras que Barbu, su sustituto en tierras manchegas, vio la quinta amarilla y será sancionado. Pablo Ramón, el otro central, está lesionado.
Así las cosas, el Mirandés puede jugar este trascendental encuentro con una pareja de centrales formada por dos futbolistas que actuarán fuera de su posición natural. Si Barcia no se recupera, Tachi y Tomeo parecen la opción más lógica. El primero ha actuado en este puesto en varios encuentros, sobre todo cuando Lisci ha apostado por la defensa de cinco, mientras que Tomeo, que llegó como mediocentro, se ha reconvertido en central tras la lesión de Pablo Ramón.
Verdasca sería el único central puro que quedaría en la plantilla, aunque parece poco probable que sea la opción del cuerpo técnico. Participó de forma anecdótica en el tramo final del choque contra el Villarreal B en Anduva en el mes de febrero, aunque posteriormente no ha vuelto a tener minutos.
Este último encuentro liguero reflejará lo que ha sido la temporada para el Mirandés, al que las lesiones le han mermado a lo largo de la campaña. Los problemas físicos se han convertido en el lastre de un equipo que ha ido perdiendo jugadores importantes con el paso de las jornadas.
Barcia se está sometiendo a distintas pruebas radiológicas, por lo que de momento no está descartado. Los servicios médicos rojillos quieren conocer con exactitud su dolencia. Parece que lo tiene difícil, aunque en el Mirandés prefieren esperar a ver lo que dicen los exámenes médicos.
El cuerpo técnico estará especialmente pendiente del central gallego a lo largo de la semana. Su participación está en el alero y sería una baja importante para los rojillos. Es el futbolista de la plantilla que ha acumulado más minutos sobre el terreno de juego y el que lleva la batuta en defensa. Ante un rival como el Amorebieta, con un juego directo y muchos balones al área, su presencia supondría una garantía, más con Barbu descartado.
El conjunto rojillo comenzó ayer a preparar el choque contra la escuadra vizcaína. Se ejercitó por la tarde y ya está centrado en llegar en la mejor forma posible a este duelo. Será una final en la que al cuadro mirandesista le vale el empate, lo que le da cierto margen de maniobra.