Uno está bien servido de años, pero va escaso de inglés. Por eso siempre tiene abierto el traductor en internet. Y hay veces que le resulta imprescindible. Como para entender correctamente -vía correo electrónico- a Carlos Amo Tudanca, ingeniero industrial burgalés y alto cargo en Bridgestone residente en Italia. Con frecuencia se le 'escapan' términos anglosajones, y hasta japoneses, que requieren ser consultados.
Este alumno de Jesuitas nacido en 1979 hizo la carrera de Ingeniería Industrial en Valladolid, formación que completó con dos másteres, uno en Dirección de Empresas y otro en Prevención de Riesgos Laborales. Sus primeras prácticas, en Renault Motores, donde también completó el proyecto de final de carrera. Y de ahí, a Bridgestone, la multinacional de neumáticos nipona que compró la antigua Firestone (polígono de Gamonal). Entró como ingeniero en el Departamento de Mantenimiento. Recuerda aquellos años y a aquellos compañeros con gran afecto y agradecimiento. "Además, siempre me ha gustado estar activo y siento curiosidad por ver y entender cómo funcionan las cosas; de ahí que prefiera estar entre máquinas y no limitarme solo a sentarme en una oficina", afirma.
Sus aptitudes y actitudes no pasaron desapercibidas para sus superiores, que después de seis años en Burgos le ofrecieron ir a Bruselas "a desarrollar un proyecto global para la estandarización del training -capacitación laboral- en producción. Fue un gran reto moverme lejos de mi casa, la familia y los amigos. Pero me gustaba la idea. Cogí la maleta y junto con mi novia nos fuimos a comenzar una nueva vida con mucha ilusión", recuerda.
De la capital belga, donde está la sede europea de Bridgestone, en su tercer año le propusieron irse a una planta nueva en Polonia de jefe de Mantenimiento y para formar al personal. Y para allá que se fue a la ciudad de Szczecin (aquí el traductor me sirvió de poco y todavía estoy buscando la punta de mi lengua). "Una experiencia dura por el clima, el idioma y la cultura, pero buena, y llegué a sentirme muy cómodo trabajando con el equipo polaco", señala.
Este experto en mantenimiento y gestión de equipos se centra ahora en optimizar la cadena de suministros
Cumplido este nuevo objetivo, a Carlos Amo le plantearon otro traslado. Este más 'suave'. A Italia, al Centro Tecnológico de Roma. Durante seis años, este gran aficionado al baloncesto ha estado "en el departamento central de fabricación como líder de la ingeniería industrial desarrollando mejoras y nuevos proyectos, así como coordinando estrategias a medio-largo plazo", donde ha liderado, entre otras iniciativas, "la renovación de la planta de Burgos", indica.
Y desde hace un año está en un área nueva, en otra parte del negocio del neumático, Supply Chain, es decir, en la cadena de suministros. "Sigo residiendo en Roma, pero ahora mi equipo está en Bruselas, por lo que viajo con mucha frecuencia allí y vuelvo al lugar donde comenzó mi vida en el extranjero", señala.
Carlos Amo vive con su pareja, tiene 45 años y gusta de salir a comer con amigos y compañeros, y de afrontar nuevos retos, así como de moverse por el mundo en su tiempo libre.
Y quizá más adelante cierre su 'rueda' laboral en Bridgestone donde la comenzó, en la fábrica de Gamonal.
POR ENCIMA
Vive en un barrio de Roma céntrico "y muy romano, pero un poco alejado de las zonas más turísticas. Estoy muy habituado ya al ritmo y forma de vida de la gente de aquí. Es una ciudad caótica, a la vez que fascinante e impresionante, con gente muy amable y hospitalaria", afirma. Lleva 12 años fuera de Burgos y ha vivido en tres países.
"Tengo la maleta siempre preparada porque aprovecho casi todas mis vacaciones para visitar cualquier rincón del mundo", indica este activo hombre de acción, que hace todo el deporte que puede "para mantener la cabeza despejada y estar en forma. Salir a correr a orillas del Tíber es un buen plan de domingo. He hecho la media maratón de Roma. También me gusta mucho hacer senderismo y disfrutar de la naturaleza", concluye este romano burgalés.
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