Las imágenes que ofrecen los medios de comunicación a cada minuto que pasa de la tragedia ocurrida en Valencia tras la DANA del pasado martes sobrecogen. Calles repletas de barro, centenares de coches apilados sin lógica alguna, todo tipo de enseres que uno se pueda llegar a imaginar campando a sus anchas...
Esta dantesca fotografía, no obstante, es mucho más liviana vista a través de la televisión o de los periódicos que in situ. Así lo atestigua el burgalés Eduardo Tejedor, que desde ayer por la mañana trabaja a destajo en la localidad de Picaña para tratar de que sus vecinos puedan recuperar la normalidad lo antes posible. «Es mucho peor de lo que parece», confiesa. Pone de ejemplo una hilera de viviendas ubicadas al pie del canal que se desbordó y que, según Tejedor, están «totalmente destrozadas y se van a tener que tirar».
Su primera jornada en Picaña arrancó no sin dificultades. «No nos dejaban entrar a trabajar», recordaba ayer por la noche. Ni cortos ni perezosos, y en vistas de la terrible situación que rodea a los habitantes de este municipio, Tejedor y sus compañeros de la empresa burgalesa Transregumiel y de la soriana Valesa Forestal se saltaron el control. Durante todo el domingo recogieron muebles y residuos.
Los tractores se vuelven fundamentales para limpiar las calles de Picaña. - Foto: DBCon los coches, que atestan las vías de comunicación y dificultan las labores de los voluntarios y de los profesionales, lo tuvieron más difícil. «Los vecinos no nos dejan tocarlos. Se creen que valen algo y no quieren que los llevemos a la campa donde están dejando la mayoría», indicó. La tensión llegó en algún momento a elevarse hasta niveles insospechados, fruto de la desesperación de muchos habitantes por la situación que les rodea desde hace casi una semana.
En algunos puntos la abundancia de tierra húmeda, que lleva días y días acumulada, impide que los camiones y los tractores circulen con normalidad. «Te quedas pegado. Hay tramos con 10 centímetros de altura que lo complica todo muchísimo», admitió. Con dos camiones y una pala para ir retirando poco a poco los restos que se encuentran, explica que seguirán trabajando a pie de calle para ayudar a los vecinos de Picaña y de quien se lo pida a volver a la normalidad. «Hay pilas de 3 coches de alto. Es algo increíble», sentenció.
Este lunes por la mañana llegarán varios camiones que partieron ayer por la mañana desde la provincia cargados de todo tipo de suministros: agua, comida enlatada, ropa, calzado, productos de higiene o de limpieza componen la carga que se envía desde La Ventilla y desde la Sierra de la Demanda. La compañía Transregumiel mantendrá abiertas sus instalaciones del polígono Burgos Este (calle Valdebezana) para que cualquier particular que lo desee les haga llegar sus aportaciones.
«Voy a bajar las veces que haga falta», indica José María, que hizo noche en Sagunto antes de entrar en la zona afectada esta misma mañana. El Ayuntamiento de Alfafar también se ha puesto en contacto con José María para que les haga llegar parte del contenido de los camiones.
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