Burgos tiene 368 desfibriladores de acceso público

G.G.U. / Burgos
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El uso de este aparato en los 3 minutos siguientes a la parada aumenta en un 73% la supervivencia

Los desfibriladores suelen estar en recintos interiores, por lo que el Colegio de Enfermería lo coloca en la calle. - Foto: Luis López Araico

La provincia sigue a la cabeza de Castilla y León en la instalación de desfibriladores de acceso público y, según el registro oficial de la Junta, suma ya 368 equipos. Le sigue Valladolid, pero de lejos (308, según las mismas fuentes) y eso a pesar de que está demostrado que el uso de este aparato en los tres minutos siguientes a una parada cardíaca aumenta en un 73% la supervivencia de la persona afectada.

Así lo explica la Fundación Española del Corazón, que lleva lustros instando a instituciones públicas, empresas y otros colectivos a colocar desfibriladores semiautomáticos en sus instalaciones para facilitar que se pueda iniciar una maniobra de reanimación cardiopulmonar casi en cualquier espacio público hasta que lleguen los servicios sanitarios. Un llamamiento que lideran la Sociedad Española de Cardiología, el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar y otras agrupaciones científicas. «Teniendo en cuenta que el 80% de los casos ocurren en domicilios o en la vía pública solo es posible ayudar a estas personas de forma inmediata mediante el uso del desfibrilador semiautomático por parte de los testigos o primeros intervinientes», señala la Fundación Española del Corazón en su página web, para evidenciar la importancia de que todas las poblaciones dispongan de abundantes equipos de este tipo.

Hay que tener en cuenta que la instalación de estos dispositivos cruciales para la supervivencia tras un paro cardíaco no es aleatoria ni casual; al contrario, la Junta obliga a que las empresas de ámbito no sanitario interesadas en contar con uno han de presentar una declaración responsable en la que acreditan que cumplen con la normativa, que exige una formación reglada del personal. De esa manera se garantiza que, en caso de urgencia, siempre va a haber alguien que sepa hacer una reanimación cardiovascular e iniciar una desfibrilación precoz mientras acuden los servicios de emergencias. Es lo que la Consejería de Sanidad denomina «la cadena de supervivencia» de quienes sufren un paro cardíaco. Algo que no pocas veces sucede en plena calle, como este periódico ha relatado en numerosas ocasiones.

Burgos sigue avanzando en este sentido y suma 136 equipos en la capital y 232 en el resto de la provincia. En toda Soria, por contra, apenas hay 84 equipos, según datos oficiales de la Junta.