La denominada «actualización» de la tarifa del agua que provocará una subida del 9,5% en los recibos del año 2024 y el asumido incremento de la tasa de basuras que el Ayuntamiento de Burgos aún debe concretar si aplicará en el próximo ejercicio o si lo hace en 2025 -tomando como referencia la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados- repercutirán con fuerza en los impuestos municipales.
Esta circunstancia abrirá la brecha ya existente entre las principales tasas aplicadas a los residentes en Burgos con respecto a las obligaciones asumidas por los vecinos empadronados en los municipios pertenecientes al Alfoz. Aunque no son matemáticas exactas porque cada localidad y cada persona tienen sus circunstancias particulares, la diferencia anual entre Burgos y los ayuntamientos consultados supera los 350 euros.
De esta forma, una familia empadronada en uno de estos pueblos abona, de media, 560 euros al año para cumplir con el IBI, las basuras, el agua y el impuesto de vehículos. Por su parte, el esfuerzo de los contribuyentes de la capital alcanza los 920 euros anuales.
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