No son los meses previos a la celebración de unas elecciones el momento en el que a los políticos les gusta hablar de una subida de impuestos o de tasas. Y quizá esa sea la explicación por la que nada se ha oído, aunque de alguna manera se empezaba ya a intuir por el rumbo de los acontecimientos, que en la Sociedad Municipal Aguas de Burgos hace ya un tiempo que piensan que es inevitable que, bastante más pronto que tarde, se vaya a tener que producir un incremento en el recibo del agua que pagan los burgaleses.
Así lo han confirmado a este periódico tanto el aún presidente de la Sociedad y concejal de Ciudadanos, Miguel Balbás, como el gerente de Aguas, Antonio García Pastrana. Este asunto será, por tanto, una de las herencias que recibirá y deberá de abordar a partir del próximo sábado el nuevo Gobierno de coalición del PP y Vox.
García Pastrana detalla que la subida de la tasa parece inevitable ya que el coste de los nuevos contratos que está adjudicando la Sociedad en los últimos meses se está incrementando de media entre un 20% y un 30%, en algunos casos se van hasta el 40% y en otros muy concreto, como el del alcantarillado, se duplicará. Eso sí, en este caso, no es menos cierto, que porque se ha planificado una mejora en la prestación del servicio. Dicho de otra manera, las empresas repercuten los encarecimientos de materiales, las subidas de salarios de sus empleados o de la energía.
A esto se suma la previsión en la ejecución de inversiones, que años atrás poco menos que brillaban por su ausencia, y que ahora, entienden en Aguas que habrá que retomar. Más aún si la Sociedad, tal y como se espera, percibe una buena inyección de fondos europeos. Porque aunque habrá dinero que llegue de Europa, será para financiar parcialmente las inversiones. Es decir, Aguas deberá también aportar sus recursos.
Niega García Pastrana que exista una relación entre la posible subida del recibo y el aumento del gasto en personal. Pero aquí no es menos cierto que es necesario hacer dos lecturas. Por un lado es cierto que la Sociedad presupuesta cada año más dinero para pagar a la plantilla del que luego gasta ya que reserva el dinero para las vacantes que no se llegan a ocupar en un ejercicio (en todas las administraciones sucede algo similar). Pero también es una realidad que esa circunstancia no quiere decir que ese gasto no crezca porque además lo va a hacer de una manera notable. Y ya no solo por un convenio que se ha firmado y que establece mejoras, por las subidas de salarios o por los procesos de promoción interna, sino porque se están realizando numerosas nuevas contrataciones. Y en algunos casos de puestos de nueva creación que antes no existían y con salarios no precisamente bajos. Sirva como ejemplo que se mantiene la intención de contratar a un responsable de comunicación (algo inédito) con un sueldo bruto de unos 50.000 euros brutos al año o un jefe de contabilidad que comenzará percibiendo una cantidad similar. Hay muchos otros ejemplos que demuestran que esa factura está engordando y lo va a seguir haciendo de manera considerable.
No saben precisar en Aguas aún el impacto que podría tener la subida de la tasa en el recibo ya que ese trabajo fino aún no ha finalizado. Además, el incremento no será el mismo para una persona que viva sola que para una familia numerosa, para quien tenga un jardín o una piscina o para grandes consumidores como la industria.
Tampoco existe demasiada precisión sobre lo que Aguas necesitará ingresar de más para poder cuadrar sus cuentas, pero la cantidad podría rondar los cuatro millones de euros.
La tasa del recibo del agua lleva congelada, según recuerda Pastrana, desde el año 2014 y la de Burgos, tal y como añade, es de las más baratas que hay en toda España.
Sea como fuere, este asunto no lo percibirán con excesiva alegría en el nuevo bipartito, cuya intención es rebajar o bonificar tributos.