Dos camiones de más de doce metros entraron este lunes en Montefibre. Se trata de un hecho bastante sorprendente para los mirandeses, puesto que la histórica factoría cesó su actividad a principios de este año y se encuentra en pleno concurso de acreedores. Sin embargo, el motivo que llevó a los transportistas a personarse allí no estuvo causado por una vuelta al trabajo en la fábrica. Según los empleados de la seguridad, ante la fuerte ola de calor que azota al país, se extrajo todo el material de madera que había en el lugar para prevenir incendios.
Ahora bien, como reconocen estos mismos trabajadores, el mayor inconveniente que podría conllevar un hipotético fuego no venía dado por los palés de madera, sino por los residuos químicos. Montefibre empleaba, cuando todavía estaba activa, materiales acrílicos que son altamente inflamables y su combustión generaría un peligro muy elevado. Buena parte de esos productos continúan bajo el techo de la antigua fábrica.
La cantidad de residuos que todavía yacen en los almacenes de la empresa resulta bastante más baja que cuando se encontraba operativa. No obstante, el riesgo que genera un posible incendio es igualmente elevado. A raíz de ello y del notable aumento de las temperaturas, la plantilla de seguridad que se halla en Montefibre decidió verter varios litros de agua sobre la madera abandonada. Así, enfriaron la superficie y evitaron un susto.
Esta decisión llegó justo después de que, según recuerdan, uno de los palés parecía estar a punto de arder. El almacén donde se encontraban estos residuos de madera posee un «techo con cristal», por lo tanto, a causa del conocido como 'efecto lupa' temían que generara una llama incontrolable. Sin embargo, los vigilantes que velan por la planta aseguran que actuaron a tiempo y no se extendió ningún fuego.
Los guardias recuerdan que contactaron con los Servicios de Extinción de Incendios de Miranda. Básicamente, pretendían garantizar la seguridad del recinto y contar con la opinión de los Bomberos era vital para esa cuestión.
En cualquier caso, todavía queda un paso por dar y se trata de un evento trascendental para asegurar la zona. Los residuos químicos, principalmente de carácter acrílico, permanecen en la fábrica desde hace meses. Los antiguos trabajadores de la compañía reconocen que cuando abandonaron sus puestos había cantidades muy importantes de estos peligrosos materiales. No obstante, retirarlos del lugar se hallaba fuera de sus competencias y nadie los sacó.
Según explican desde la que fuera la plantilla de Montefibre, al iniciarse el procedimiento concursal se les ofreció que se encargaran de evacuar los residuos químicos. Pese a ello, su vinculación con la compañía había terminado, por lo que no desarrollaron dicha labor. Conforme a su descripción, supone una tarea compleja y requiere mano de obra cualificada.