El área de Patrimonio del Ayuntamiento de Burgos confía en que esta vez haya un hostelero que se encargue de la gestión del café Espolón tras los fallidos intentos anteriores. Ayer, al cierre del plazo, se recibieron un total de dos ofertas, según dio a conocer la concejala del área, Sonia Rodríguez.
Por el momento se desconocen los nombres y la plica económica que hay detrás de ellas hasta que no se reúna la mesa de contratación. Según el nuevo concurso, el canon mínimo debe ser de 2.000 euros y el periodo de gestión se establece en diez años.
De este modo, se han mantenido las características de la licitación anterior al considerar que en el concurso anterior el precio no fue el problema de finalmente nadie quisiera gestionar este establecimiento sino las renuncias de los diferentes hosteleros que se presentaron por diferentes motivos. «Los locales similares de la zona tienen un precio más alto. El Ayuntamiento está interesado en que ese local funcione y se gestione bien pero tenemos el deber de recaudar un alquiler justo, dado que revierte en el presupuesto público», señaló a este periódico antes del concurso la concejala Sonia Rodríguez.
Cabe recordar que a la convocatoria anterior se presentaron cuatro licitadores. La que planteó El Mar en la Tierra, cuyo dueño gestiona la taberna gallega Ría de Arousa (en la calle San Lorenzo y la plaza Santiago), que logró la máxima puntuación y se impuso al resto de competidores al ofertar un canon mensual de 4.840 euros, el doble que sus competidores. Sin embargo, no firmó el contrato y se ofreció a la segunda plica, la de Marian Huertos que ofertó 2.475 euros. Aunque aceptó finalmente se echó para atrás y se propuso al tercero, Juarreño, que ofrecía 2.100 euros de alquiler pero tampoco aceptó. La cuarta plica, del propietario de Vermutería Victoria, fue excluida al plantear generar un mirador sobre el río Arlanzón para ubicar allí un terraza, pero el Ayuntamiento entendió que, por las protecciones del entorno no podía estar permitida. Este hostelero acabó llevando su exclusión a los tribunales, que todavía no se han pronunciado al respecto.
De este modo, las instalaciones ubicadas en los bajos del Teatro Principal permanecen cerradas desde diciembre de 2020. Con los gestores anteriores también hubo problemas de impagos, de modo que para el Ayuntamiento está suponiendo un verdadero quebradero de cabeza encontrar un gestor serio para este local a pesar de estar en un entorno privilegiado.