El coto de caza intensiva de Cernégula se encuentra a 1.060 metros sobre el nivel del mar y cuenta con una superficie de 780 hectáreas en las que se mezcla la llanura con el monte o las zonas de encinas. Desde el refugio en mitad de este paraje natural el ojo humano no permite contemplar toda la extensión de este complejo, que suma ya más de tres décadas de trayectoria. Desde finales del pasado mes de septiembre, un grupo de empresarios ha adquirido la mayoría de participaciones de Cinegética Cernégula, la sociedad que lo gestiona.
Aficionados y expertos conocedores de esta práctica deportiva, buscaban desde hace años poner en marcha un coto intensivo por su cuenta en el que plasmar un sinfín de proyectos que ahora se empiezan a materializar en este municipio burgalés. Tres de los nuevos dirigentes proceden de Cantabria: José Santos, Pablo Carral -padre- y Pablo Carral -hijo-, mientras que el cuarto, Juan Saavedra, y el administrador, su hijo Javier, son granadinos pero con negocios relacionados con la caza en Girona. Aunque apenas llevan dos meses al frente de la explotación, ya han abierto una casa rural en el pueblo con la que quieren atraer público de otros rincones del territorio nacional y del extranjero.
Y es que uno de los principales retos que se ha marcado la compañía es, precisamente, dar a conocer el paraje en el que se enclavan a cazadores lejos de nuestras fronteras. «Queremos darle un carácter internacional al coto, que por sus características es uno de los mejores de España sin lugar a dudas», explica este empresario cántabro. Uno de sus socios, con una explotación en Cataluña, tiene contacto con numerosos aficionados franceses a los que les plantearán la opción de visitar Cernégula dentro de unos meses. Además de galos, tienen en su punto de mira a practicantes estadounidenses, alemanes, portugueses o italianos.
A la oferta del alojamiento rural sumarán también dos bungalós que construirán junto al refugio. «Queremos que la gente se quede dentro del coto. Es algo inédito en cualquier complejo intensivo de caza en España», asegura Santos, que ya le ha transmitido sus intenciones al alcalde de Cernégula. Pasar la noche en plena naturaleza será otro aliciente más, aunque estas estancias no estarán pensadas solo para los amantes de la caza. Amantes de la fotografía, de los animales o de la naturaleza podrán reservar su cabaña. «Queremos fomentar el turismo rural en la España vaciada», insiste una y otra vez el empresario cántabro, que no descarta abrir más casas rurales si la demanda así lo exige.
Aunque el refugio que hay en el coto -y que se rehabilitará- cuenta con dos grandes estancias con chimenea y mesas para comer decenas de personas, los nuevos gerentes estudian abrir un restaurante en el pueblo para dar todo tipo de comidas. Lo llamarán La Bruja Cazadora y se ubicará en el casco urbano de Cernégula. «Casi todos nuestros clientes actuales proceden del País Vasco», reconoce Santos, hecho que les inclina más a decidirse por un asador sin descartar otro tipo de comidas tradicionales. En estos momentos se encuentran barajando distintas opciones: buscar una casa vieja y rehabilitarla o, por otro lado, levantarlo desde cero en una parcela libre. En las próximas semanas volverán a Burgos junto a un cocinero y un constructor para elegir la opción que más les conviene y tratar de iniciar los trámites administrativos lo antes posible.
Este establecimiento lo complementarían con una pequeña tienda de ultramarinos en la que se puedan adquirir productos básicos. «Generaría varios puestos de trabajo», indica Santos, que se muestra «muy ilusionado» sobre todo con este proyecto para que los vecinos del pueblo tengan un punto en el que comprar.
Bonificaciones. En cuanto a la explotación del coto propiamente dicha, la nueva gerencia de Cinegética Cernégula mantendrá abierto el complejo natural todos los días del año. Aunque el grueso de clientes acuden hasta este páramo a partir del jueves y sobre todo los fines de semana, Santos y su equipo quieren que de lunes a miércoles la actividad no decaiga. Para promover la llegada de aficionados a la caza, lanzarán una oferta para que, por ejemplo, personas jubiladas puedan acceder a precios populares.
En estos momentos la tarifa es de 90 euros por veinte piezas, para las que no tiene límite de horas. Para ofrecer más servicios también barajan habilitar un punto de tiro al plato y recorridos en los que las máquinas simulan la salida de animales. «Hemos pedido al gestor introducirlo dentro del plan cinegético y esperamos estrenarlas el año que viene», apunta Santos. La cercanía con la capital, apenas 37 kilómetros, cree que es un gran punto a favor a la hora de atraer cazadores que no solo buscan abatir animales. «Es una modalidad más verde», reconoce.
También rodarán un documental para dar a conocer cómo los animales salvajes se benefician de la suelta de piezas que se produce con cada cacería en el coto intensivo. Además crearán un 'buzón' para enviar piezas a comedores sociales.