La calle Real Aquende, la de Carretas, parte de Santa Lucía, la del Olmo o San Nicolás. El conjunto histórico de Miranda no solo ocupa el Casco Viejo. En Allende, en la otra margen del Ebro, existe un área incluida bajo este paraguas, lo que da una pista del valor que atesora este rincón junto al río. Aún así, la degradación que afecta a Aquende cada vez parece más claro que ha cruzado el puente Carlos III, porque los edificios en mal estado y los solares aumentan sin cesar. Desde Urbanismo, puntualizan que de las últimas 66 inspecciones técnicas de edificios, 23 fueron desfavorables. También han intervenido en ocho viviendas por su mal estado, nueve si se cuenta la última afectada de la calle Santa Lucía. Mientras tanto, los grupos que defienden el patrimonio alertan sobre la deriva y piden control, para que la lacra «no se extienda sin control por toda la ciudad», repara el presidente de la asociación Amigos del Castillo, Jesús Ángel Visa.
En los despachos municipales tampoco se esconde que se necesita un cambio de tendencia, en una zona que estaba excluida de las inversiones del Área de Regeneración Urbana y de las que vendrán con el Entorno Residencial de Rehabilitación Programada. «En primer lugar habría que explicar y divulgar que esta parte al otro lado del río también está incluida dentro del conjunto histórico», afirma el concejal de Urbanismo, Guillermo Ubieto, quien recalca que «la fotografía es menos grave que la del Casco Viejo, pero sin quitarle gravedad, porque tenemos problemas como el proyecto de la plaza porticada anclado desde hace años o el aumento de solares».
Los datos reflejan tanto una cosa como la otra. De los 124 inmuebles que debían pasar la Inspección Técnica de Edificios en esta parte de Allende se realizaron solo 66, «y 23 fueron desfavorables, aunque en cuatro se subsanó». Además, Ubieto añade que el Ayuntamiento desde 2020 ha emitido órdenes de ejecución, «es decir ha exigido hacer obras y trabajos de mantenimiento y arreglos en siete casos», aunque hay que añadir el requerimiento emitido por la situación del edificio de la calle Santa Lucía 1.
Para terminar, el edil explica los casos en los que el Ayuntamiento tramitó de oficio un expediente de ruina. También desde 2020, la administración local declaró el pésimo estado en once casos dentro del conjunto histórico, de los que solo uno esta en la parte de Allende, en calle Arenal número 6. El resto se distribuye «en Aquende, por lo que se ve que aunque la situación no es la mejor, en el Casco Histórico hay una mayor degradación».
En los colectivos que cuidan el legado de la ciudad observan con preocupación la tendencia. «La falta de intervención se está pasando al otro lado y es una visión que es verdad», afirma José Antonio De Juana, presidente de la asociación del Renacimiento del Centro Histórico, quien repara en que la parte de Aquende «esta bastante peor». En cualquier caso, desde su grupo se considera que la degradación es una consecuencia de la falta de voluntad, porque «hay que entender que hay que invertir», algo que ven que no ocurre ni con su proyecto para recuperar locales, ni para promover nuevas construcciones que atraigan población, en especial, a la parte vieja de la ciudad.
En Amigos del Castillo, Visa considera que «lo que está haciendo mucho daño es la impunidad, porque las casas no se arruinan las arruinan». Por eso, evidencia que en Miranda «hay una deficiencia de gestión», y para revertirla «se podría crear una oficina de gestión urbanística municipal, con un letrado, un técnico y el personal administrativo necesario para cortar esta situación». Así, cree que se podría acabar «con la especulación y si se ve que esto sucede hay que proceder con la expropiación».