El posible acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur trae cola, con algunos países (con Francia a la cabeza) y la mayor parte del sector productor en contra y otros estados, España entre ellos, encantados con la firma del pacto. Concretamente, la secretaria de Estado de Comercio de España, Amparo López Senovilla, confía en que la ronda técnica de negociaciones de los últimos días sea la última y se puedan lograr «avances sustanciales» de cara a diciembre, cuando el bloque suramericano celebra su cumbre. «Esperamos que ya se celebre en Brasilia la última ronda de negociación sobre el acuerdo, también que se pueda cerrar el instrumento conjunto durante el mes de noviembre y que se produzcan avances sustanciales en diciembre», ha afirmado López Senovilla.
Los dos bloques cerraron el texto del acuerdo en 2019 pero, desde entonces, no han avanzado en su firma por las preocupaciones europeas sobre la deforestación del Amazonas y el impacto del acuerdo en la agricultura comunitaria. Por ello, las dos partes han venido negociando un anexo al texto del acuerdo que no han concluido todavía. «Mercosur es un acuerdo que nos interesa mucho y estamos empujando activamente desde España» para conseguirlo, ha destacado López Senovilla.
Sobre las reticencias de Francia, la secretaria de Estado española ha asegurado que están «trabajando intensamente con distintos países de la Unión Europea y esperamos que llegue a un buen puerto, porque es un acuerdo que realmente es importante para todo el mercado de la Unión Europea». «Evidentemente siempre es mejor tener un consenso, está claro que es difícil de alcanzar, pero nosotros queremos trabajar constructivamente para que ese acuerdo se apruebe y, con todos nuestros socios europeos, continuaremos trabajando para conseguir el mayor apoyo posible», ha subrayado la secretaria de Estado.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha calificado el posible acuerdo de «excelente» y ha diferenciado entre los intereses de España y los de Francia, donde los agricultores llevan semanas manifestándose contra el pacto. «Francia tiene sus debates internos, pero sus debates internos no son los debates de España, ni los intereses de España. Cada uno tiene sus puntos de vista al respecto», ha declarado.
Vacuno.
Y no son solo los agricultores franceses quienes se oponen a la firma, sino el sector ganadero en bloque. No en vano, el acuerdo permitiría la entrada de 99.000 toneladas de carne de vacuno desde el bloque comercial sudamericano al mercado europeo a un coste entre un 18% y un 32% inferior al que asumen las explotaciones comunitarias, según ha publicado la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne (Asoprovac), por lo que los productores europeos lo rechazan de plano a pesar de las compensaciones anunciadas por Bruselas.
En concreto, la propuesta consistiría en la entrada de carne de vacuno en forma de piezas nobles desde Mercosur, específicamente solomillos libres de aranceles en el mercado europeo, lo que supondría doblar el volumen de este tipo de pieza, ha advertido la asociación. «'Coches por vacuno'. Este es, de hecho, el eslogan del acuerdo en Alemania, donde el interés germano por abrir esta ventana de oportunidad lleva a su Gobierno a acordar cualquier tipo de concesión y sacrificar a otros sectores como el del vacuno europeo», han denunciado desde la Asoprovac. La asociación ha explicado que el Gobierno francés «ha elevado la voz de alarma» junto con sus ganaderos y exige su rechazo por el elevado impacto que puede generar para su producción bovina.
«Las políticas europeas (fundamentalmente las ambientales generadas por el Pacto Verde) han provocado una descapitalización acelerada de los censos, habiendo perdido desde el año 2020 1,26 millones de vacas en Europa», han advertido desde la asociación. Además, Asoprovac ha añadido que los análisis del mercado de la Comisión Europea auguran que sus propias políticas climáticas, «esas que no exigen a Mercosur», y la baja rentabilidad provoquen que la producción de vacuno siga disminuyendo de aquí a 2035.
La asociación ha rechazado las compensaciones que pueda dedicar Bruselas, dado que lo que los profesionales exigen es competir «en igualdad de condiciones». El presidente de la Asoprovac, Richard Godia, ha admitido que le resulta «bastante desconcertante que las mismas instituciones que presumen de liderar la lucha contra el cambio climático o promueven el uso más prudente de antimicrobianos» suscriban la entrada de productos de terceros países que «no cumplen prácticamente con nada de lo que aquí se exige».
Encontronazo entre Brasil y Carrefour.
El gigante de la distribución Carrefour, de origen francés, hizo hace unos días un guiño a los ganaderos del país vecino que luchan contra el acuerdo con Mercosur y decidió anunciar que no iba a ofrecer carne brasileña a los clientes de sus supermercados en Francia. En respuesta, los ganaderos brasileños anunciaron que dejarían de abastecer a las tiendas que Carrefour tiene en el país sudamericano. Finalmente, la cadena francesa terminó por pedir disculpas al sector cárnico de Brasil y ha aclarado que la cadena de supermercados en Francia se abastece casi exclusivamente de carne local, por lo que ha calificado el anuncio hecho hace unos días de «forma legítima de tranquilizar a los agricultores franceses», dando a entender que, en cualquier caso, no habría tenido consecuencias para los ganaderos brasileños.