Leche: tiempos de cambio

Vidal Maté
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La bajada de la producción y una demanda estable propician mejoras del precio en origen, aunque sigue la venta como producto reclamo y la entrada masiva de quesos baratos

Leche: tiempos de cambio - Foto: Javier Pozo

Un ligero descenso en la producción junto a una estabilidad o incluso un incremento en la demanda de algunos de los productos lácteos como la leche entera, los yogures y muy especialmente la grasa -mantequilla para operar en los mercados exteriores a precios récord- están marcando la actividad, los cambios y los retos en el sector de la leche y se está traduciendo en cotizaciones a alza. En la parte contraria encontramos la entrada masiva de queso barato desde el resto de la UE en un volumen equivalente a una tercera parte de la producción nacional de leche.

De acuerdo con los datos manejados por la Administración y el sector, la producción de leche ha seguido una discreta línea de ajuste, con un descenso en el último año de un 0,7%, para situarse en el entorno de los 7,3 millones de toneladas. En relación con el número de ganaderos, aunque se ha mantenido la progresiva reducción de número de granjas en los últimos años, oficialmente desde unas 16.000 hasta menos de 9.000, ello se ha compensado con el desarrollo de explotaciones de mayor dimensión y más eficientes. A su vez, el censo de animales en producción se ha reducido igualmente en un 2,1% hasta quedarse en 763.000 vacas, al igual que el número de novillas, que ha bajado un 3,7% hasta las 256.000. Sin embargo, esos ajustes se han compensado con un aumento de los rendimientos por animal gracias a la mejora genética, por lo que la reducción final de la producción ha sido muy inferior a la de los censos.

El efecto directo más inmediato de esta situación de ajustes ha sido el progresivo aumento de las cotizaciones en origen hasta cifras medias de entre 0,47 y 0,48 euros por litro, llegando hoy hasta los 0,50 a pesar de las importaciones masivas de quesos baratos, unas 360.000 toneladas (equivalentes a unos 2,5 millones de toneladas de leche). A medio plazo, si no varían radicalmente las actuales circunstancias de la producción y de los mercados, se baraja la posibilidad de que esa cifra llegue a los 0,60 euros como ya sucediera en campañas precedentes, siempre que se mantenga la demanda interior y exterior de los productos derivados. Con estas cotizaciones, el sector cubriría unos costes de producción al alza cifrados por los ganaderos actualmente en cerca de los 0,50 euros; los precios de la alimentación se han relajado, pero siguen su escalada otros como los gastos veterinarios, personal o de servicios.

En conjunto, precios arriba o abajo, la actividad de la ganadería de leche, por su gran dependencia laboral, sigue sin ser atractiva para la incorporación de los jóvenes. Ello viene dando lugar en los últimos tiempos al desarrollo de grandes grupos empresariales y al cierre de miles de explotaciones familiares con el consiguiente impacto sobre el territorio rural, más que sobre las producciones.

Además de los ajustes de los censos, desde la organización de productores Agaprol se destaca el hecho de que muchas explotaciones dedicadas tradicionalmente a la producción de leche se han pasado temporalmente a la producción de carne por su alta rentabilidad. Junto a estas circunstancias, el sector de la producción de leche de vaca se ha visto igualmente afectado, a nivel de oferta, por los efectos climáticos negativos en las zonas de mayor producción, como son los territorios de la Cornisa Cantábrica, a los que se suman los impactos de enfermedades como la lengua azul o la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), además de las mayores exigencias medioambientales o de bienestar animal.

El impacto directo más inmediato de esta situación ha sido el progresivo aumento de las cotizaciones en origen hasta cifras medias de entre 0,47 y 0,48 euros litro, llegando hoy hasta los 0,50 euros. A medio plazo, si no varían radicalmente las actuales circunstancias de la producción y de los mercados, se baraja la posibilidad de que esa cifra llegue a los 0,60 euros como ya sucediera en campañas precedentes.

En este contexto de ajustes en la producción y estabilidad global en la demanda, con algunos productos incluso en crecimiento, los ganaderos y las industrias desarrollan negociaciones para la fijación de los precios de cara a los próximos meses, hasta el uno de abril. Al margen de las habituales estrategias negociadoras, la realidad es que, considerando la situación existente en el resto de los países comunitarios  -con precios altos-, en el caso de España solo queda el interrogante sobre el techo de la subida, sin riesgos cercanos de bajadas.

A diferencia de épocas anteriores, cuando las industrias se disputaban los contratos con los ganaderos, especialmente de una parte de los mismos por su volumen de producción, de calidad o cercanía de sus plantas, en la actualidad no se ha producido globalmente esa situación. Ello no ha impedido movimientos de cambios, especialmente en zonas como Galicia y en menor media en otros territorios, en una actividad en la que el grueso de las compras se concentra en media docena de empresas -Lactalis, grupo Lence (Leyma-Rio), Capsa-Central Lechera Asturiana, ILAS- Reny Picot, Kaiku o Pascual-.

En la evolución de los precios de la leche, en la parte positiva están jugando un papel importante las exportaciones a cotizaciones elevadas de productos derivados como la mantequilla o la leche en polvo. En la parte contraria se halla el peso de la marca blanca o de la distribución, que suponen en conjunto más del 50%. Además está el hecho de que algunos grandes y pequeños grupos de la distribución siguen teniendo a la leche como un producto reclamo, sorteando las exigencias de la Ley de la Cadena. En contra de los intereses de los ganaderos y de las propias industrias en general se halla finalmente la autopista de entrada para las importaciones de queso barato desde el resto de la Unión Europea, esas 360.000 toneladas equivalentes a unos 2,5 millones de toneladas de leche.