La Asociación de Empresas de Ocio y Tiempo Libre es una de las consecuencias positivas de la pandemia, que afectó drásticamente a toda la actividad social y lúdica que está prosperando en la ciudad y la provincia. Pistas de pádel o de tenis, campos de fútbol indoor, gimnasios, centros de escalada, piscinas, escuelas de baile, clubes sociales se vieron muy afectados por la crisis sanitaria, pero, a la larga, se han visto reforzados por la misma: Ahora prima el bienestar personal, el cuidado de la salud y la potenciación de las relaciones y las actividades sociales dentro y fuera del trabajo.

Esta tendencia está creando empresas (más de una veintena en los últimos años) y empleo y dando contenido a nuevos espacios en los polígonos industriales, e incluso a naves que hasta hace poco se habían quedado sin uso alguno. Se ha constatado, además, que las fábricas pueden convivir perfectamente con las raquetas, el balón o la cuerda de escalada y que, incluso, la actividad laboral también se puede trasladar a una cancha de juego bajo techo.

La Asociación ha percibido esta simbiosis y esa necesidad, que está generando una órbita en torno a la capital con una oferta de ocio, cultura y bienestar que se beneficiaría si trabajar más unida.
«Nosotros hemos detectado esta necesidad y por eso impulsamos esta unión y animamos a todos a que se sumen a la misma», explica Jona Muñoz, psicólogo deportivo, que creó hace ocho años Fútbol Indoor en una antigua nave del polígono Burgos Este y que hoy preside la Asociación bajo el paraguas de la patronal FAE.

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