El personal del Punto de Atención Continuada (PAC) de Atención Primaria en la capital, las urgencias ambulatorias, que están ubicadas en el Divino Valles, recibió la noticia de que los once centros de salud urbanos cerraban por la tarde a partir del 15 de julio y que esta medida, descartada a comienzos de verano, se aplicaba sin prever refuerzo alguno para su servicio.
Es decir, que el mismo personal médico que Primaria considera necesario para atender las urgencias que surgen en la capital a partir de las 15.00 horas con todos sus centros de salud pasando consulta por la tarde tiene que hacerse cargo de la asistencia cuando no hay posibilidad alguna de ser atendido en el centro de salud. O, lo que es lo mismo, que se ha considerado que el equipo del PAC (generalmente, tres o cuatro médicos hasta las 22.00 horas y dos a partir de esa hora) pueden hacerse cargo de lo que es de su competencia y de todo lo que, en circunstancias normales, atenderían los centro de salud.
A la paradoja de que las autoridades sanitarias lleven años advirtiendo de que las urgencias no son un centro de salud y que ahora se diga que a partir de las 15.00 horas hay que ir al PAC, hay que añadir que los datos oficiales evidencian la relación directa entre cierre vespertino y más demanda en urgencias. El año pasado, cuando los centros de salud mantuvieron el horario habitual (y pago de peonadas por la atención vespertina) la demanda en el PAC disminuyó, de media en el tercer trimestre, un 14% con respecto a lo registrado en el 2022, cuando sí se cerró: de 150 pacientes de media a algo más de 131, siempre según datos oficiales.