A Joaquín García Andrés, si no existiera, habría que inventárselo, y eso que tamaña afirmación hará con toda seguridad sonrojar a este profesor burgalés que es todo humildad y prudencia, pero también pura inteligencia y pasión por el oficio de enseñar y de intentar, con ello, hacer ciudadanos que un día conviertan esta valle de lágrimas en un lugar más habitable. Le queda mejor, mal que le pese, el término maestro. A García Andrés, que desempeña hoy su hermoso oficio en el IES Diego de Siloé, le debe mucho esta ciudad, amén de sus alumnos: es autor de programas didácticos pioneros y exitosos que son referente desde hace varios años ('¿Quién mató al gobernador?'; 'Tras las sombras del Tercer Reich') o de iniciativas pedagógicas relacionadas con la Catedral o el Camino de Santiago.
Su última iniciativa ha tenido una enorme repercusión más allá de los límites de su centro educativo y de la propia ciudad de Burgos. En plena catástrofe por la DANA, García Andrés diseñó un material didáctico en torno ello que difundió rápidamente por las redes con una respuesta inmediata: decenas de docentes de Levante, de otras provincias e incluso del extranjero (una profesora de Francia contactó con él) mostraron interés por ello. Recibió más de 6.000 visitas la entrada que en X realizó con el documento. «Está diseñado en cuatro partes para que sea realizado en equipo; en una se contextualiza: dónde ha sido; en otra, qué es una DANA y cómo se genera, y echando la vista atrás: cuántas ha habido anteriormente... Se remite a otras anteriores, para que sepan que esto ya ha sucedido antes, que no es algo puntual, que el fenómeno es frecuente pero no la intensidad. La tercera parte se centra en por qué en esta ocasión ha sido tan excepcional -por circunstancias que han sido estrictamente meteorológicas y otras relacionadas con el cambio climático-. Y, la cuarta, las consecuencias (se adjuntan imágenes de lo acontecido) y en qué consideran los alumnos que habría que empezar a actuar, cambiar errores del pasado a nivel urbanístico y ambiental, por ejemplo».
En apenas unos pocos días recibió hasta 6.000 consultas en unas de sus redes sociales
«La idea es que se mire al futuro, porque habrá más danas. Se trata, también, de que los alumnos vean lo que se ha hecho mal y qué sugieren que debe hacerse para que se haga bien», subraya el profesor. Para ello, tienen que consultar la página de la Confederación Hidrográfica del Júcar, estudiar el registro de metros cúbicos, analizar los antecedentes históricos, el comportamiento de los ríos y torrentes, las causas de las inundaciones, etc. Siempre remitiéndose (porque se adjuntan las sugerencias) a fuentes oficiales, nada de simplemente entrar en internet y bucear en ese pozo en tantas ocasiones contaminado por bulos. «Van a trabajar con datos. Y les ofrezco los recursos para ello».
El desafío de los alumnos es exigente, pero les compromete a trabajarlo con rigor. Para llevar a cabo con éxito esta situación de aprendizaje sobre la DANA les bastará con los vínculos web que incorpora la herramienta y el libro de texto de Geografía. Deberán elaborar un informe escrito que incluya imágenes, diseñar una presentación en PowerPoint y realizar una rueda de prensa (oral) sobre el informe cuando lo presenten. «Además de una iniciativa educativa, es una manera de aportar nuestro granito de arena pensando en el futuro», apostilla García Andrés. El hecho de que se pueda hacer en equipo y de forma on line facilita que cada integrante se pueda «especializar» en uno de los cuatro apartados en que se divide. Esta propuesta la comparte altruistamente Joaquín con sus consiguientes soluciones y está abierta a que cualquier docente, del lugar que sea, la modifique a su antojo o la perfeccione según su criterio.
Ha compartido la iniciativa de forma altruista y muchos otros profesores la han hecho suya
El profesor burgalés está francamente sorprendido de la respuesta que ha tenido. Hasta sobrepasado. «No me esperaba esta reacción. Siempre comparto mis cosas en X, pero esto me ha sorprendido. Algunos incluso me han dicho que cómo no pido derechos de autor... No lo hago con ningún afán más allá del educativo. Y la gente lo agradece muchísimo». Admite que la triste realidad de la catástrofe ha podido ayudar a la viralidad del proyecto; pero no deja de ser humilde este maestro (en el sentido total de la palabra): nada de lo que inventa, idea, alumbra, genera, pasa desapercibido. Nunca. Y aunque podría empezar a pensar en la jubilación, tienen tan dentro su profesión y están apasionado de la misma, que ni hablar. De momento. Por fortuna para todos aquellos que pasarán por sus aulas, e incluso para los que, no teniendo esa fortuna, terminarán tarde o temprano manejando un material que ha surgido de su genio inquieto, de su maravillosa manera de entender la educación y de estar en el mundo.