Ayer se abrió oficialmente el mercado de invierno, aunque en las últimas semanas de 2022 los movimientos y los rumores han sido continuos en todas las categorías. El Burgos CF afronta este periodo sin grandes necesidades y con la tranquilidad que le dan los 35 puntos que tiene en su casillero, así como el buen funcionamiento de la mayor parte de sus piezas en la primera parte de la temporada.
La dirección deportiva blanquinegra quiere reforzar la plantilla con un delantero. Jon Karrikaburu ha vuelto a estar encima de la mesa, pero el delantero de la Real Sociedad parece que optará por salir a Granada, por lo que todo indica que el área técnica del club de la ribera del Arlanzón tendrá que optar por otro futbolista.
Si como parece, el delantero donostiarra no acaba en la capital burgalesa, Michu y su equipo tirarán de lista. Como en todos los mercados, tienen perfectamente ordenadas sus prioridades y en el caso de que la primera no salga seguirán el orden hasta que fructifique alguna de las posibilidades.
A partir de ahí el conjunto castellano no tiene grandes urgencias. Podría optar por reforzar el centro del campo, aunque por el momento quieren esperar a ver cómo se encuentra Javi Pérez. Si está recuperado completamente podrá echar pronto una mano al equipo -debe coger ritmo de competición- y será una opción más para Julián Calero, que además contará con un jugador que le aportará cosas diferentes que Elgezabal, Navarro, Atienza y Mumo.
Ha comenzado a trabajar con el resto de sus compañeros y el cuerpo técnico burgalesista cruza los dedos para que su recuperación sea definitiva y por fin pueda aportar su granito de arena. Llegó a finales de agosto, aunque por el momento no ha podido debutar con la zamarra del Burgos CF.
En el caso de que Javi Pérez no acabe de ser uno más, el club tiene muy claro que acudirá al mercado para fichar un mediocentro. En este caso también cuenta con una lista de preferencias de las que irá tirando en el caso de que haga falta.
Pocos movimientos. Desde que Michu y Julián Calero trabajan de la mano no se han caracterizado por hacer demasiados movimientos en el mercado de invierno. En Segunda B no hubo ninguno, primero por convencimiento y segundo porque era imposible, ya que existía una denuncia en FIFA que no se resolvió.
Ese primer año lo milagroso es que no saliera ningún jugador de la plantilla debido a la complicada situación económica que se vivía en el club. Se mantuvo el bloque y se dejó a algunos jugadores del filial en la recámara.
La pasada campaña solo Filip Malbasic se incorporó a la disciplina blanquinegra en enero. Hubo opciones hasta el final de que el mediocentro del Huesca Kelichi Nwakali llegara, pero finalmente la operación no se cerró. El único que salió fue Riki Rodríguez camino del Albacete.
En el apartado de las bajas parecía que la nómina podía ser más extensa y jugadores como Undabarrena, Claudio o Alarcón estuvieron en las listas de muchos equipos sobre todo de Primer RFEF, pero decidieron continuar pese a que entraban muy poco en los planes de Julián Calero.
El único enero en el que Michu tuvo un tremendo trabajo fue en el de 2020, cuando tuvo que recomponer un equipo que estaba claramente descompensado y tenía grandes carencias. En esa ocasión salieron 7 jugadores (Carlos Martínez, Donovan Wilson, Albístegui, Machín, Pizzorno, Kleber y Minutella) y llegaron 5 (Lobato, Alarcón, Pere Martínez, Mumo y Galder Cerrajería).