Una de las épocas de más actividad de los ladrones es el verano. Aprovechan que muchos domicilios quedan vacíos por vacaciones y asaltan viviendas para intentar llevarse joyas, dinero en efectivo y otros accesorios de valor que pueden dar salida en el mercado de segunda mano. Esta modalidad delictiva, junto con la subida desbocada de la cibercriminalidad, lideró el incremento de la delincuencia durante los primeros nueve meses del año.
Según los datos publicados por el Ministerio del Interior, las comisarías y los cuarteles de la provincia de Burgos han tenido conocimiento de 10.449 delitos hasta septiembre, 270 más que en el mismo periodo de tiempo de 2022, lo que supone un incremento porcentual del 2,7%. Una dinámica que confirma los datos que se venían registrando a lo largo de todo el ejercicio. Las infracciones cometidas a través de las nuevas tecnologías vuelven a ser las que más suben, principalmente las estafas.
Y es que a lo largo de estos nueve meses se han contabilizado ya 2.635 delitos informáticos, un 23,4% más que hace un año, de los cuáles 2.354 fueron estafas. El comisario jefe, Jesús Nogales, lleva tiempo reconociendo su preocupación por esta tendencia alcista y porque aún se encuentran muy lejos de atajar porque no cuentan con los medios necesarios. De hecho, no se ha cansado de insistir a la población de la necesidad de que mantengan la alerta ante mensajes o correos electrónicos sospechosos. Aun así, la unidad especializada en Burgos ha conseguido esclarecer numerosos casos.
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