El encargado de la acusación pública del asesinato de la familia Barrio, José Fernández, reconoce que en 20 años de investigación no se han hallado pruebas firmes ni contra Ángel Ruiz ni contra Rodrigo, el hijo mayor.
Cuando el viernes se cumplan veinte años del asesinato de Salvador Barrio, su esposa Julia Dos Ramos, y el hijo menor de ambos, Álvaro, habrá una certeza absoluta. Puede que una de las pocas de esta trágica historia. El triple crimen quedará impune si el autor no es ninguno de los dos investigados hasta el momento, Ángel Ruiz y Rodrigo Barrio. Teniendo en cuenta que hasta ahora no ha habido pruebas suficientes para enjuiciar a ninguno de los dos, no es descabellado pensar que el responsable de tan cruel matanza nunca se sentará en el banquillo de los acusados. Es una posibilidad, de hecho, que contempla José Fernández, fiscal provincial de Burgos que encabezó la acusación pública tanto en la jurisdicción de menores como en la instrucción del caso.
El escenario que se presenta a partir de ahora es muy sencillo. Si la UDEV de la Policía Nacional encontrara a partir del día 8 pruebas sólidas para llevar ante la jueza instructora a un posible responsable que no fuera 'Angelillo' ni el hijo mayor del matrimonio, penalmente no habría nada que hacer. «Si el día de mañana se planteara esta cuestión jurídica, las partes implicadas tendrían que informar sobre la posible prescripción y habría que resolver en base a la ley vigente. En principio, parece que quedaría impune y no me consta que haya habido excepciones», explica Fernández.
A día de hoy el caso está archivado provisionalmente. El último pronunciamiento fue el de la Audiencia Provincial de Burgos el pasado mes de noviembre de 2023. Al fiscal no le consta que se hayan practicado nuevas actuaciones en aras de reabrirlo con algún otro investigado o con el punto de mira en los dos sospechosos que han señalado hasta ahora. En el caso de Rodrigo, la acusación se cerró hace más tiempo, en 2010.
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En el momento en que la investigación policial sobre el triple crimen de la calle Jesús María Ordoño se centró en la figura de Rodrigo Barrio, sobre la mesa de la entonces jueza de Menores de Burgos, Blanca Subiñas, cayeron varios tomos del caso bajo el título 'Operación Caín'. En ellos se resumían las sospechas que tenían hacia el mayor de la familia asesinada. Celos irracionales hacia su hermano Álvaro, problemas con sus padres por las decisiones que habían tomado sobre su educación, teorías sobre cómo pudo escaparse del internado de La Aguilera sin que nadie lo supiese y regresar tras cometer los hechos... La magistrada estudió detenidamente las teorías durante tres años. Finalmente, las dio carpetazo al entender que nada de lo planteado tenía la categoría de indicio.
La Policía Nacional detuvo a Rodrigo Barrio el 13 de junio de 2007 con la seguridad de que se encontraban ante el autor del triple crimen. Al ser menor en el momento en que ocurrieron los hechos, tuvo que ser la jueza titular de esta jurisdicción la encargada de autorizar una serie de prácticas indagatorias. Según viene reflejado en las diligencias del caso, se negó a declarar en la Comisaría de Ourense y lo hizo horas después en los Juzgados de Reyes Católicos. En todo momento negó los hechos. Es más, mostró a los agentes su sorpresa por la detención y les aseguró una y otra vez que se estaban equivocando.
(Más información sobre el testimonio ambos protagonistas de las investigaciones, en la edición impresa de este lunes de Diario de Burgos o aquí)