La alcaldesa de Pradoluengo, Raquel Contreras, no estaba en enero de 2011 en la corporación municipal pradoluenguina y ha sido posteriormente cuando ha conocido como se gestó la Asociación para la Defensa y Recuperación del Patrimonio Industrial, que agrupó a una veintena de pueblos burgaleses ligados en el pasado a una actividad industrial, hoy desaparecida. La intención era buena y de hecho, se redactaron unos estatutos que, sin embargo, no llegaron a aprobarse. Pero a pesar de las buenas intenciones y los primeros contactos, lo cierto es que el proyecto decayó y en los últimos años ha estado en el olvido, aunque siempre con alguien detrás intentando rescatarlo.
Contreras, regidora de una villa con una riqueza textil de primer orden, es una de las más interesadas en poner en valor, como recurso turístico y por tanto de desarrollo, los elementos característicos de su industria textil y ha decidido dar un paso adelante para recuperar ese movimiento asociativo y culminar el proceso que se gestó casi cuatro años.
De la mano con Eduardo Cerdá, alcalde pedáneo de Olmos de Atapuerca, pequeña localidad que presume de su complejo minero de hierro, la intención es reunir la próxima semana a los alcaldes y concejales de las localidades que ya mantuvieron contactos en 2011 para impulsar la asociación y aprobar los estatutos para comenzar a trabajar en el inventario y en la manera de lanzar el proyecto adelante, estudiar posibilidades de ayudas económicas y la manera en que cada municipio rescate su patrimonio y lo haga visible a los demás, a través de museos, centros interpretativos, apertura de galerías o la puesta en funcionamiento de molinos, fraguas... Entre los pueblos que apostaron por la asociación están Belorado -con su alcalde y diputado provincial de Cultura como uno de los impulsores, Pradoluengo, Olmos, Melgar, Sargentes de la Lora, Alarcia, San Adrián de Juarros, Villasur de Herreros, Poza de la Sal, Cerezo de Río Tirón, Ibeas, Sotopalacios, Huerta de Abajo, Atapuerca, Villagalijo o Barbadillo de Herreros. Contreras añade que no será una asociación cerrada, sino abierta a cualquier pueblo que conserve un patrimonio característico.