El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León ha declarado hoy Bien de Interés Cultural (BIC) la Pirámide de los Italianos, ubicada en el Puerto del Escudo, y preservar así el valor histórico y la peculiar arquitectura de este monumento, eregido como mausoleo funerario entre 1938 y 1939 para albergar a los casi 400 soldados italianos que perecieron en la ofensiva contra Santander y cuyos restos ya no permanecen allí.
El procedimiento se inició hace un año a petición de un particular. Desde un primer momento la Consejería de Cultura y Turismo se mostró favorable, ya que según su titular, Gonzalo Santonja, no es un edificio más", sino que atesora virtudes "artísticas", "históricas" y "paisajísticas", ya que insistió en que es "muy singular" y "único" en España de la arquitectura del periodo de "entreguerras".
Sin embargo, el procedimiento de protección de este bien patrimonial ha suscitado mucha polémica y las críticas de los partidos de izquierdas. Tanto Compromís como el Partido Socialista han liderado diversas iniciativas en contra, por considerar que contraviene la memoria histórica y que la pirámide de los italianos tendría que ser derribada. Luis Tudanca, el líder de los socialistas en Castilla y León, considera una vergüenza que se declaren BIC "los homenajes a dictadores, a franquistas o a fascistas italianos".
En el mausoleo estuvieron enterrados hasta 1975 los restos de cerca de 400 soldados italianos que participaron en la Batalla de Santander. El suelo es propiedad de la Hermandad de la Rivera, que a su vez forman nueve pedanías de Valdebezana y la localidad de Arija. "El sentimiento mayoritario de los vecinos es que sería una auténtica barbaridad y un despropósito derribar la pirámide de los italianos", declaró a este periódico el anterior alcalde del Valle, Juan Carlos Díaz, quien lo considera un «foco de atracción turística» y asegura que «carece de simbología fascista».
Descripción. La disposición de la Pirámide de los Italianos presenta un perfil escalonado en sus lados Norte-Sur, que se contrapone con el perfil liso del talud de los otros dos paramentos Este-Oeste, ofreciendo una variedad de puntos de vista estilo art decó y que, para Pietro di Varzi, simboliza el camino de subida al cielo y la dureza de la batalla del Escudo. Por estas fechas se diseñan en Italia otros edificios en los que está presente esta simbología ascensional, como la Villa Malaparte en Capri o el cementerio erigido en honor de los muertos en la Primera Guerra Mundial en el Monte Grappa, obra de Giovanni Greppi. Todo el conjunto de la Pirámide de los Italianos se llevó a cabo conforme a los planos del arquitecto Attilio Radic, y siguiendo la valoración simbólica de Di Varzi, asociando la idea de pirámide con la del panteón romano en su interior, informa la Junta en un comunicado de prensa.
El ingreso al interior del panteón se realiza a través de una cancela de hierro de forja geométrica, de dos hojas, cerrada con un cristal esmerilado en su lado interno, decorado con elementos alusivos a la guerra y a la naturaleza. En su interior a modo de un pequeño panteón, se abre un espacio circular y cupulado que sirve de capilla religiosa para el culto, cubierto por una semiesfera con linterna que permite pasar la luz del exterior a través de dos claraboyas en forma de cruz.
Todo el espacio circular se presenta como un columbario con una bella cuadricula, con cientos de loculi (nichos) destinados a acoger las cenizas de los soldados italianos del Corpo Truppe Volontarie, en hornacinas dispuestas en diez pisos, en su día cerradas con pequeñas lápidas con el nombre del soldado y con un número correlativo de orden de las 360 lápidas que conforman el conjunto. A través de una escalerilla vertical de hierro, se accedía a la cripta con los sepulcros de gran tamaño de los oficiales caídos en el combate.
El conjunto se caracterizaba por su total austeridad y funcionalidad, estando actualmente desprovisto de elementos ornamentales. Sí hubo algún elemento proyectado, entre los que destacaba una estatua de la Victoria alada que coronaría la pirámide, pero que nunca llegó a colocarse.
Actualmente se conserva la invocación 'Presente' por triplicado sobre la puerta de acceso, grito con el que se recordaba a los soldados muertos. Y al lado sur de la pirámide, todavía se puede leer un epígrafe, fruto de la erudición latina de Pietro di Varzi, en el que se juega con la palabra 'escudo' como sinónimo de arma y nombre del puerto de la montaña donde tuvo lugar la batalla, al que unió el salmo de la Biblia latina: «SCUTUM ENSE FRACTUM IBI CONFREGIT POTENTIAS ARCUUM SCUTUM GLADIUM ET BELLUM" (La espada rompió el escudo, y allí rompió a la vez los poderes de los arcos, el escudo, la espada y la guerra).
En la actualidad, la Pirámide de los Italianos, víctima del expolio y el vandalismo de las últimas décadas, emerge, con sus veinte metros de altura junto al embalse del Ebro y la Nacional 623, como un hito visual e histórico en la frontera entre Castilla y León y Cantabria.