Este periódico adelantó el miércoles una de las noticias del año. La mañana de San Pedro llegó con la confirmación de que por fin, tanto tiempo después, se estrena la línea de alta velocidad que conectará Burgos con el resto de la red de ferrocarriles más modernas de España. El viaje inaugural será el 21 de julio y la puesta en servicio comercial, con pasajeros de verdad, queda para el día siguiente.

Ya el jueves supimos más detalles al lanzar Renfe la venta de billetes. Habrá un precio promocional a partir de 18 euros (que se acaba el día 6) y se multiplicarán las conexiones con Madrid, pues los Alvia pasan de dos a cinco. La estrella será el AVE 'puro', que saldrá de Burgos a las 7 de la mañana y volverá a última hora de la tarde, y en este último será posible hacer el viaje en 1 hora y 32 minutos.

Son cambios cruciales, que mejorarán de forma muy positiva el atractivo de viajar en tren desde la estación Rosa Manzano y que sin duda lograrán revitalizar un medio de transporte muy maltratado en los últimos años. Pero ninguno de ellos podrá corregir el efecto del rodeo por Valladolid.

La decisión adoptada a finales del pasado siglo para convertir a la capital pucelana en nudo de comunicaciones de todo el AVE del noroeste ha condenado a Burgos a un desvío de muchos kilómetros para llegar a Madrid, frente a lo que hubiera supuesto un túnel de alta velocidad por Somosierra siguiendo un trazado similar al tren directo inaugurado en 1968.

Ese rodeo se paga en distancia, se traducirá al precio de los billetes y también inevitablemente al tiempo de viaje. Por culpa de esa realidad que ya es inamovible, la ciudad de Burgos será la segunda capital de toda España que menos tiempo de viaje se ahorre a Madrid, comparando la alta velocidad con los desplazamientos por carretera.

El análisis de la duración de un viaje en coche particular frente a la menor tardanza posible en AVE arroja un ahorro del 39,8% en el caso burgalés. Solo Granada, con un 23%, está por detrás de la cabeza de Castilla. Y es que la capital nazarí también es víctima de un rodeo, en su caso el que supone viajar vía Antequera para unirse allí a la línea de alta velocidad existente entre Córdoba y Málaga.

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