Alma María Puente Moreno es una burgalesa de 24 años que desde muy joven ya insinuaba que las fronteras y las banderas, antes de conocerlas de cerca y de lejos, no eran para aferrarse a ellas. No las veía como puertas cerradas, sino como un paso abierto e ilusionante para descubrir y vivir cosas nuevas. Con 12 años se fue seis meses de intercambio escolar a Le Mans (Francia) y con 15 a Alaska (EEUU).
Pasó esta inteligente, discreta y amable mujer por las aulas del colegio público Jueces de Castilla y por el Instituto Comuneros de Castilla, para decantarse después por la carrera de Relaciones Internacionales y Lenguas Modernas en la Universidad de Essex (Inglaterra), complementada con un máster en Economía Política Internacional en el King's College de Londres.
Y sí, esta inquieta vecina del barrio del G-2 de Burgos también hizo un año de Erasmus. Fue en la Universidad de Saint-Louis, en Bruselas.
Sea por los buenos recuerdos de ese curso o por la oferta laboral, el caso es que allí vive Alma Puente, en la capital de Bélgica y de la Unión Europea, donde se cuecen y se deciden las leyes y las normativas que nos afectan a todos, aunque no seamos conscientes de ello. Donde se 'cocina' y se sirve la policy comunitaria.
Desde hace más de un año, tras comenzar haciendo prácticas, trabaja en la asociación Marcogaz, que engloba a empresas y asociaciones de toda Europa vinculadas al gas. Es la responsable de Coordinación y Asuntos Europeos, y se afana en estar al día de las regulaciones y directivas en este campo, y en el de la energía en general, tanto comunitarias como de cada país, así como de actualizar y gestionar su base de datos.
Es la responsable de Coordinación y Asuntos Europeos de la asociación europea gasista Marcogaz
Estas labores le permiten disfrutar de una de sus mayores aficiones, viajar, aunque sea por trabajo, y a la vez estar a la última de todo lo que afecta al gas, que no es poco, aunque no se vea.
Alma Puente Moreno reside encantada en el 'centro del compás' de la Europa occidental, pues Bruselas tiene buenas comunicaciones internas y con los países vecinos. Mucho que ver y vivir a pocas horas de tren, autobús o avión.
Políglota, ávida de conocimientos, resuelta tecnológica y valiente en la mesa, se aventura a probar sitios nuevos para comer. Y allí tiene mucho donde elegir.
Pero no se olvida de su ciudad natal, donde están sus padres y hermano; de las quedadas con amigos y amigas en el bar Plan B, de los paseos junto al río Vena, de Fuentes Blancas, del monumental centro de Burgos... y de la morcilla, de la que se declara muy fan. También conserva frescos los recuerdos infantiles en el pueblo de sus abuelos, Aceña de Lara.
Regresa dos o tres veces al año para cargar las pilas de energía, de besos y de abrazos (volverá en Navidad con chocolate belga debajo del brazo), y en su horizonte a corto y medio plazo solo atisba la hiperpolítica e internacional Bruselas.
Pero pese a que allí ondean decenas de banderas, a buen seguro que Alma Puente no se amarrará demasiado a ninguna. Seguirá viviendo la vida con la mente abierta y haciendo su mundo un poco más grande y sin fronteras.
DE RELAX
La música suele ser un fiel acompañante de los jóvenes. A Alma Puente le gusta mucho "el blues rock como el del grupo Kaleo y Imagine Dragons, que es pop rock, pero también el rock español y grupos como La Quinta Estación, El Canto del Loco y Melendi. Y una de mis cosas preferidas son las series, y suelo ver de todo, pero Mentes criminales, The Office, Brooklyn Nine-Nine y Cómo conocí a vuestra madre son de mis favoritas. También me gusta leer, aunque no lo hago tan a menudo como me gustaría, pero en este momento estoy leyendo Niebla, de Unamuno", resume.
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