El Burgos CF intentó resistir el asedio del Alavés en Mendizorroza, pero acabó sucumbiendo ante la insistencia de los vitorianos, que se llevaron una victoria (1-0) justa ante un conjunto blanquinegro ultradefensivo y sin ninguna mordiente en ataque. Un tanto de Rebbach en el minuto 75 premió al equipo que más lo intentó y que más quiso ganar. El fútbol fue justo.
Los burgaleses saltaron al campo con un once defensivo y abogaron por ceder el protagonismo al Alavés y replegarse en su propio campo. El plan de partido no fue muy distinto al de otros encuentros fuera de casa, pero la diferencia esta vez es que no fue capaz de crear ningún peligro en la meta rival. Mourad estuvo totalmente aislado. Con ese planteamiento, los hombres de Calero se mantuvieron ordenados atrás, pero no consiguieron contener a un rival con muchos recursos. Tuvo que ser Caro en varias ocasiones y la madera en otra los que permitieron a los visitantes llegar igualados al descanso (0-0). En la parcela ofensiva, un buen remate de cabeza de Córdoba que obligó a una gran parada al meta local fue lo único reseñable.
Tras el descanso, el guión del encuentro continuó siendo el mismo. El Burgos CF no se encontraba del todo incómodo y Calero apostó por meter más músculo y dejar como único hombre de perfil ofensivo a Curro. Renunció al ataque por completo a falta de 25 minutos. No le salió bien la estrategia porque Rebbach remató un centro de Salva Sevilla en el área pequeña y puso el 1-0 en el marcador. Fue un premio a la perseverancia. A partir de ahí, salieron Valcarce, Artola y Juan Hernández, pero no consiguieron ni hacer cosquillas a un Alavés que demostró ser un gran equipo.