La Universidad de Burgos apostó hace tres años por abrirse hueco en la formación aeronáutica con la implantación de un grado propio de piloto comercial para transporte de personas y mercancías de tres cursos de duración (204 créditos). El próximo mes de junio se graduará la primera promoción de este título y la Fundación de la institución académica, de quien depende, acaba de sacar a concurso un nuevo contrato para la impartición de la parte específica de esta formación, actualmente a cargo de la escuela FlyBy que opera en el aeropuerto de Villafría, con el doble de plazas y una mayor carga lectiva tanto teórica como práctica.
La ampliación de estas enseñanzas responde a un crecimiento exponencial de la matrícula que supera las expectativas de la academia local. En este momento, el número de alumnos de nuevo ingreso asciende a 32, frente a los 10 de hace un año y los 22 del mes de septiembre, que bien finalmente se quedaron en 15 debido a que ocho no pudieron acceder por problemas en la documentación de entrada a España. En esta misma situación están ahora 12, ya que debe tenerse en cuenta que estos estudiantes responden a un perfil muy internacional que, sin embargo, va cambiando a medida que se consolida la titulación del campus.
La institución académica subraya al respecto un incremento de la demanda por parte de ciudadanos españoles y europeos, que se refleja en el hecho de que 20 de esos 32 inscritos proceden de la UE, con lo que no requieren visado, mientras que el resto reside en países de Asia, África o Latinoamérica. Esto significa un aseguramiento de las matrículas y, por tanto, de cubrir las plazas ofertadas hasta el momento (28), previendo llegar a 35 o 40 una vez finalizado el proceso de admisión al grado en octubre. Por ello y teniendo en cuenta que este crecimiento se suma al del año pasado, el nuevo concurso contempla 56, lo que supondría la apertura de dos clases en primero que, de confirmarse esa tendencia al alza, podría producirse en el inicio de las mismas el día 7 del citado mes.
Es esta fecha la que tienen que cumplir para iniciar la actividad formativa las escuelas oficiales de piloto (ATO en sus siglas en inglés) que se presenten a este contrato, además de otros condicionantes que se han incorporado al mismo. En este sentido, las mismas fuentes hacen referencia a una «mejora de la formación» de los profesionales con más horas tanto teóricas como prácticas y de vuelo, llegando hasta un total de 902 en el primer caso, incluyendo la formación de operaciones en cabina (requisito imprescindible para obtener la licencia) y en simuladores, y 278 en el segundo. Esta carga lectiva, que tiene que impartirse en inglés, se suma a las 870 horas académicas de las que se ocupan profesores de la institución docente. En ambos casos, son presenciales y se dan en la Escuela Politécnica Superior del campus de la Milanera, sede de los estudios.
Gastos de desplazamiento. El concurso abarca la promoción 2024-2027 y la compañía que se adjudique el contrato tiene que asumir todos los gastos de desplazamientos, así como permisos y seguros de los alumnos al aeropuerto en el que se desarrollará la enseñanza práctica y que, a su vez, deberá también proponer. De igual forma, realizará los exámenes oficiales de la Agencia Europea de Seguridad Aérea y el proceso de tramitación de las licencias de piloto de transporte de línea aérea (ATPL).
La UBU se muestra satisfecha con la respuesta de este título, que sitúa por encima del que imparten otras universidades como Salamanca y Rovira i Virgili, además de cifrar su coste «un 40% por debajo» del de estos campus. Es también dentro de esta apuesta por la formación superior de estos profesionales donde enmarca la negociación que mantiene con «líneas aéreas europeas de bandera» para la incorporación de estos graduados (cadetes) como copilotos para realizar las 1.500 horas de vuelo con las que culminan su formación.