Los distribuidores de bebidas, desbordados en el Sonorama

L.N. / Aranda de Duero
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La mayoría de las empresas del sector afrontan la quincena «más fuerte» en ventas de todo el año con jornadas de «locura» por el tráfico «caótico», los horarios restringidos de descarga y la falta de personal

Los repartos de bebida a los bares se suceden por todo el centro. - Foto: L.N.

Faltan escasas horas para que comience la edición número 27 de Sonorama Ribera y el ajetreo que conlleva la organización del festival ya 'inunda' las calles de Aranda de Duero. En el centro y el recinto del Picón, el ir y venir de trabajadores resulta imparable. Por un lado, con el montaje del escenario al que se subirán los artistas que actuarán en la emblemática plaza del Trigo. Ayer se limitó durante unas horas el tránsito por este punto mientras los empleados de la Brigada de Obras del Ayuntamiento se afanaban en finalizar el ensamblaje de esta estructura. Al mismo tiempo, multitud de camiones de las distintas distribuidoras de bebidas que operan en la capital ribereña apuran el horario de carga y descarga para surtir a los locales del casco histórico jornada tras jornada con el miércoles, a lo sumo jueves, como límite. Ellos, junto con bares y restaurantes, afrontan una de las semanas «más fuertes» de todo el año en cuanto a ventas y trabajo, que llega a cuadruplicarse.  

«Es salvaje», admite de primeras Carlos Cano, responsable de la distribución de Estrella Galicia en Aranda, en referencia a la ingente cantidad de pedidos que asumen estos días. En su caso, suelen duplicar la plantilla de reparto y ayer, precisamente, contaron con el apoyo de otros dos camiones y seis empleados de una distribuidora de Segovia que les echaron una mano durante toda la jornada. «Lo tenemos bien organizado, sabes los vehículos que necesitas, lo que tienes que hacer en cada establecimiento... pero coordinar todos estos aspectos cada año se hace más difícil» porque, según asegura, «el tráfico es un caos» y esta semana, con la gran cantidad de asistentes que acuden a Sonorama Ribera, los atascos suelen ser mayores. De hecho, la carretera de Valladolid ya está cortada y así permanecerá hasta que finalice el festival, por lo que quienes transiten por el polígono industrial Allendeduero deben buscar alternativas como la avenida Luis Mateos, según indican desde la Policía Local arandina. 

A ello se suma que los horarios de carga y descarga en el centro de Aranda no se amplían. «Aunque empieza a las 8 de la mañana, la mayoría de bares no abren hasta las 9 y media, y luego a las 11 te tienes que salir», así que el flujo de camiones se concentra en poco tiempo, lo que Cano califica como un «maratón», con jornadas «de locura». Por si fuera poco, el panorama se complica con la descarga de las bebidas en los almacenes subterráneos que emplean algunos locales del casco histórico. «Esto supone un esfuerzo físico terrible», remarca, al tiempo que reconoce que por momentos no dan más abasto. 

En la misma línea se pronuncia Carlos de Pedro, responsable de una distribuidora con sede enAranda que trabaja con diversas marcas como Mahou o San Miguel, además de vinos, refrescos y cafés. «Es una burrada. Tenemos muchísimo trabajo, se cuadruplica», destaca. Esto les obliga a aumentar la plantilla y, de hecho, «algunos vendedores ayudan a distribuir» durante esta y la próxima semana, ya que agosto es la época más fuerte y la que les permite facturar en torno al 20-25% de todo el año, dado que además del festival Sonorama (con la repercusión que tiene especialmente para los bares ubicados en el centro), la inmensa mayoría de los pueblos de la Ribera del Duero celebran sus fiestas patronales y ellos trabajan en alrededor de 70 municipios. Como precisa De Pedro, estas dos semanas les ayudan «a sobrevivir durante el invierno». 

También enMavic, otra de las distribuidoras para hostelería que trabajan en Aranda, destacan que se juntan con «muchísimo trabajo» por el aumento de pedidos en los bares del centro debido a los concurridos conciertos que se organizan en la plaza del Trigo, así como por el flujo de veraneantes que llenan los pueblos de la comarca. Por lo general, su trabajo se multiplica por cuatro y, como en los casos anteriores, también amplían la plantilla con «tres o cuatro» incorporaciones, aunque lamentan que, como sucede en otros sectores, les cuesta encontrar personal. De hecho, en algunas empresas indican que ha habido trabajadores que no han aguantado más de tres días.

Por otra parte, en las tres distribuidoras coinciden en que la cerveza es el producto más demandado con diferencia. 

¿y los hielos? Además de las bebidas, los bares del centro de Aranda también aumentan la compra de cubitos de hielo coincidiendo con la celebración de Sonorama. Y es que, aunque muchos tienen sus propias máquinas, la producción no suele ser suficiente para responder a la gran afluencia de público que registran desde mediodía hasta primera hora de la tarde de miércoles a domingo. En la empresa Cubitos Duero, su responsable de administración  y calidad, EncarnaBenito, constata que venden más, en torno a siete u ocho palés, pero esto para ellos no representa un aumento «tan grande».