El cementerio municipal de San Pedro Regalado, en Aranda de Duero, ya cuenta con 51 nuevos nichos de pared, tras una inversión que ha rondado los 38.600 euros. Gracias a una modificación de crédito aprobada por el anterior equipo de gobierno, el Ayuntamiento de la capital ribereña atiende así una de las necesidades que arrastraba el camposanto, donde apenas hay una veintena de nichos libres.
Como tampoco quedan sepulturas prefabricadas desde hace un año y las familias se ven obligadas a enterrar a sus seres queridos en el suelo, una práctica en desuso, el equipo de gobierno ha incluido una partida de 170.000 euros en el Presupuesto de 2024 para construir este tipo de tumbas. El concejal de Medio Ambiente, Carlos Medina, admite que «se sigue enterrando en tierra, algo que no es de recibo» y que a muchas familias «no les gusta». De hecho, han llegado quejas por este motivo. No obstante, Medina asegura que este asunto «está en vías de solucionarse». Además, trabajarán para acometer más mejoras en el cementerio municipal, como la adquisición de maquinaria que facilite el trabajo diario de los empleados, arreglar sus dependencias o impulsar un embellecimiento de todo el espacio del camposanto, aunque esto último será «un proyecto a medio-largo plazo», como reconoce el edil.
En cuanto a la plantilla, Medina subraya que en este momento está cubierta, si bien admite que «la situación es precaria», ya que cuentan con tres empleados que se turnan para cubrir todas las jornadas del año, de manera que uno trabaja el fin de semana, otro permanece de guardia y el tercero lo libra. Aunque hace unos meses el Ayuntamiento arandino incorporó a dos operarios con contratos por acumulación de tareas, uno renunció. Ante estas circunstancias, Medina apunta que intentarán reforzar la plantilla porque lo contrario implicaría «que siempre estemos justos. Así que es conveniente ampliar y es lo que voy a pelear», concluye.