Los más de 400 empadronados en Tórtoles de Esgueva no pueden consumir el agua del grifo de sus casas y tendrán que usar agua embotellada tanto para beber como para cocinar. En el Ayuntamiento de esta localidad se han visto obligados a declararla como no apta tras detectar un nivel elevado de nitratos. Su alcalde, Moisés Castro, confía en que se trate «de algo puntual» y avanza que se encuentran trabajando para poner remedio a esta situación «cuanto antes».
Castro apunta dos posibles causas: las intensas lluvias que se registraron durante las últimas semanas y que han coincidido con la sementera en el campo por parte de los agricultores, lo que podría haber provocado alguna filtración. Sea como fuere, el alcalde de Tórtoles de Esgueva detalla que este problema afloró el martes tras un seguimiento rutinario por parte de los servicios sanitarios de la Junta de Castilla y León. En un control habitual, se detectó un nivel elevado de nitratos. Acto seguido, desde el Consistorio procedieron a avisar a los vecinos de que no bebieran agua del grifo ni la usaran para cocinar. Sí para ducharse.
El miércoles, la corporación celebró un pleno y, entre otros asuntos, estudiaron disponer de garrafas en las instalaciones municipales «por si algún vecino las necesita». De momento, Castro indica que no se plantean instalar las cisternas que la Diputación de Burgos pone a disposición de los municipios. Volvieron a realizar otro análisis y el nivel de nitratos había bajado. A partir de ahora, la empresa de mantenimiento que tienen contratada se encargará de hacer un seguimiento de este tema, con la esperanza de que se solucione «después de Navidad».
Castro asegura que, en circunstancias como estas, no hay motivos para la alarma, ya que insiste que debería ser «algo puntual». A su juicio, lo importante «es prevenir y seguir las indicaciones que nos marcan desde Sanidad». En esta línea, el regidor remarca que es la primera vez que sucede algo así en Tórtoles y constata que por ahora ningún vecino se ha sentido mal.
En Coruña del Conde. También en Coruña del Conde tuvieron problemas con el agua potable en el verano de 2022, aunque por motivos diferentes. El alcalde de este municipio, Miguel Ángel Velasco, denunció entonces la posible contaminación de su manantial, lo que obligó a instalar un depósito de 10.000 litros en el centro del pueblo tras detectar la presencia de varias bacterias en los análisis que encargaron a raíz de que el agua desprendiera mal olor y un color oscuro de buenas a primeras. Hoy, más de un año después, el regidor insiste en la necesidad de investigar lo sucedido para evitar que se repita. Por ahora, Velasco dice que «no hay novedades», pero asegura que están analizando opciones y remarca que no tiran la toalla.