A un territorio le es prácticamente imposible progresar por sí mismo si no está repaldado por inversiones que ayuden a desplegar las infraestructuras y fijar riqueza y población. Disponer de vías de comunicación modernas, líneas de ferrocarril adaptadas a la alta velocidad, complejos tecnológicos punteros o polígonos industriales que den cabida a grandes, medianas y pequeñas empresas es fundamental a la hora de que una ciudad o una provincia se hagan un hueco dentro del panorama nacional e internacional.
Burgos ha visto recientemente cómo se estrenaba un tramo de la autovía A-73 en pleno valle de Valdelucio y llegaba -con 15 años de retraso- el AVE desde Madrid hasta la estación Rosa Manzano. Estos hitos, largamente esperados por la sociedad, se quedan en agua de borrajas si se comparan con todo lo que queda por hacer. De salida, son necesarios más de 3.200 millones de euros para resarcir a la provincia de los históricos agravios en materia de infraestructuras que viene sufriendo.
Coincidiendo con la presentación de los Presupuestos Generales del Estado y de la Comunidad, de forma periódica se fantasea con el inicio de una de estas actuaciones pendientes o la posible finalización de otras. Sin embargo, y a las pruebas hay que remitirse, pocos avances han podido celebrar los vecinos de la provincia en los últimos tiempos. Aquí van algunas de esas cuentas pendientes en el haber de Gobierno y Junta de Castilla y León.
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