Conchita, la abuela 'influencer'

María Alonso (EFE)
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Esta mujer de 91 años anima a los de su generación en las redes sociales y en su libro 'Ganas de tener ganas' a salir a la calle, a motivarse y a tener un montón de amigos para no perder la sonrisa

Esta anciana es madrileña de pura cepa y granadina de adopción. - Foto: María Alonso (EFE)

Conchita de Fuentes tiene 91 años, más de 130.000 seguidores en Instagram y unas poderosas ganas de vivir que pretende contagiar cada día a quienes la siguen por las redes sociales: «Somos útiles y estupendos a la edad que tengamos», asegura con convicción.

Sentada en una mesa de una soleada cafetería en el centro de Granada, De Fuentes cuenta, con elegancia, mirada risueña y sonrisa tranquila, que siente mucha pena de que haya tantos ancianos que no hacen nada más que estar sentados en una butaca.

Y eso es lo que pretende aportarles a través de Instagram y también en el libro que acaba de publicar: Ganas de tener ganas. El poder de la actitud.

Todo fue como muy accidental y circunstancial, comenta esta jovial anciana. Empezó a darse cuenta de que podía escribir un libro cuando conoció a Yareli, una mujer que le hace compañía, y con la que sintió unas ganas especiales de compartir experiencias con ella. Así fue como arrancó a dictarle para que escribiera sus historias en el ordenador.

«Las cosas fueron muy bien. Fueron creciendo los folios y mis hijos tuvieron interés. Entonces lo mandaron a varias editoriales y a una, Almuzara, le gustó mucho y me llamaron para publicarlo», explica emocionada esta abuela convertida ya en un icono en su ciudad, Granada, en donde no paran de saludarla y pedirle fotografías. 

En el libro, De Fuentes comparte sus consejos para vivir con alegría basándose en su experiencia vital. Además da recomendaciones para cuidar la salud y subraya la importancia de que las personas mayores hagan ejercicio, coman bien y cuiden «el alma» y su vida interior.

«Yo lo que quiero es meterles entusiasmo y que salgan de ese estado en el que nos encontramos muchas veces de apatía o de no querer salir. Porque la vida es preciosa a cualquier edad», subraya esta madrileña de pura cepa -como le gusta definirse- y granadina de adopción.

Uno de los principales mensajes que pretende transmitir es la importancia de la actitud y no compadecerse de uno mismo. Reconoce que ella, a sus 91 años, hay días que se siente cansada y le apetecería seguir en la cama. Pero cuando se siente así, recuerda la importancia del ánimo y del movimiento y se levanta.

«Yo soy consciente de que estoy en la última etapa de mi vida y que la muerte está a la vuelta de la esquina. Pero eso no me tiene que amedrentar. Al revés, tiene que ayudarme a prepararme», comenta.

Y por eso anima a sus seguidores a cultivar una actitud positiva, a practicar hatha yoga con ejercicios suaves pensados para las personas con problemas de movilidad y, también, a tener amigos.

«Las personas mayores tenemos que tener muchos amigos para cambiar impresiones. Y también ser amigos de quienes piensan diferente, porque no hay nada más interesante que cambiar impresiones con alguien que no piensa como tú», señala.

Más de un millón de visitas

Las nietas tuvieron la culpa de que Conchita de Fuentes se convirtiera en instagramer. Fue hace tres años cuando sus pequeñas descendientes le dieron algunos consejos y le preguntaron si la podían grabar con el teléfono móvil. «Cuál es mi sorpresa cuando me dijo que me cambiara de camisa y de pendientes. Yo lo hice sin saber lo que estaba pasando y resulta que luego una de ellas subió a internet lo que grabó. Y así empezó todo», recuerda.

Ahora que su nieta ha comenzado la Universidad es su hija la que le graba y sube los vídeos a las redes sociales. Muchos tienen más de un millón de visitas.

Respecto a por qué cree que tiene tan buena acogida en Instagram, De Fuentes opina que es por su edad: «Soy una señora de 91 años, cerca de 92, que tiene ganas de tener ganas y eso es atractivo porque la gente puede inspirarse en mi vida», indica esta granadina adoptiva.

Algunas de las cosas que le hacen más feliz de subir estos vídeos es la retroalimentación que recibe de sus seguidores y el hecho de ver que sus mensajes animan, ayudan y transforman a algunas personas. Es muy didáctico, confiesa.

«Muchos viejos de mi edad no tienen ganas de nada y parece que se las estoy contagiando, porque es preciosa la cantidad de mensajes que me mandan de todas partes. Ayer una señora de Boston que decía que ha conseguido el libro y que la ha ayudado mucho, y también recibo llamadas de todas las partes del mundo. Me hace mucha ilusión porque me dicen que mis consejos les sirven», concluye emocionada.