Por mucho que las Administraciones impongan plazos a la ejecución de las infraestructuras, el tiempo de realización jamás se ajusta a las previsiones. Ahora bien, en lo que respecta a la remodelación de la AP-1 para adaptar su diseño a la condición de autovía, el Ministerio de Fomento haría muy bien en hacer caso al pronóstico de los técnicos de la cartera de Transición Ecológica y Reto Demográfico, quienes calculan que en el horizonte de 2042 el tráfico aumentará un 49% en la doble vía. Es decir, que pasarán por ella al día más de 40.000 vehículos entre ligeros y pesados.
Es cierto que quedan todavía 20 años, pero no lo es menos que el aumento de circulación alcanzará esa cota de forma paulatina, de manera que cada año que transcurra sin ser objeto de mejoras más elevado será el riesgo de que se produzcan atascos en la doble vía. De hecho, con el nivel actual de tráfico ya se han producido episodios de embotellamientos, sobre todo en verano de 2019, antes de que la pandemia hiciera caer el tránsito de coches y camiones a causa de las perimetraciones territoriales.
Así que lo que hoy son meros anteproyectos deberían ya ir tomando forma de proyectos propiamente dichos para su salida a licitación y empezar las obras cuanto antes. Uno de ellos, el ‘de adecuación y mejora de la AP-1’, cuya novedad más importante es la construcción de un tercer carril, ya recibió el visto bueno medioambiental hace dos años. Respecto al segundo, el ‘de mejora de la accesibilidad’, que propone más enlaces en la autopista, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico emitió ayer dictamen favorable de impacto ambiental. De modo que la remodelación de la doble vía está en el puesto de salida, si bien Fomento no ofrece plazos sobre cuándo podría empezar la ejecución.
No se trata de la construcción de una nueva infraestructura pero tampoco es una obra menor. Es decir, precisará de importantes partidas presupuestarias -aún por determinar- y de tiempo para su realización.
En el caso de la mejora de la accesibilidad, el anteproyecto de Fomento rechaza de plano la opción de no ejecutar nuevos enlaces y se decanta claramente por dos, en Monasterio de Rodilla y en Zuñeda, que unirían la doble vía con la N-I. El estudio preliminar planteaba otros tres accesos nuevos, en Fresno de Rodilla, Castil de Peones y Cubo de Bureba, pero tras «un análisis multicriterio» propone como «favoritos» los citados de Monasterio y Zuñeda. Incluso apuntaba a la posibilidad de construir uno nuevo en Ameyugo, pero lo descarta porque aunque «permitiría todos los movimientos del tráfico, no ofrece mejoras significativas respecto del enlace actual».
El anteproyecto, elaborado directamente por la Demarcación de Carreteras Castilla y León este, ya contiene las soluciones constructivas para enlazar la AP-1 con la N-I en los puntos elegidos (...).
(Información completa, en la edición impresa de Diario de Burgos de este miércoles)