Durante la pandemia la Policía Local apreció un aumento importante de carnés de conducir falsos, sobre todo de permisos supuestamente expedidos en el extranjero. Gracias a la inquietud de unos cuantos agentes y a su esfuerzo por formarse en la detección de este tipo de engaños fue creada una unidad antifraude en el Cuerpo municipal de seguridad que comenzó a dar sus frutos muy pronto. De hecho, los tribunales de Burgos ya están poniendo las primeras sentencias. El juzgado de lo Penal número 2 de la capital acaba de condenar a 6 meses de prisión a un hombre de nacionalidad ecuatoriana que presentó a la Policía Local un carné de ese país y resultó ser falso.
Los hechos ocurrieron el 12 de septiembre de 2022. Una patrulla interceptó en la calle Loudun, frente al número 35, a una furgoneta de reparto. Los agentes pidieron el permiso de conducir a la persona que se hallaba al volante, así como la documentación del vehículo. El carné que les mostró indicaba estar en vigor y autorizaba la conducción para las categorías de clase B.
Sin embargo, algo hizo sospechar a los policías, que hicieron las comprobaciones necesarias para ver la validez del documento. En las bases de datos consultadas no encontraron ninguna autorización para conducir expedida a nombre de dicha persona. No obstante, la Policía Local envió el carné al Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) de la Guardia Civil para que realizara el estudio 'forense', que determinó que era falso.
El grupo de la Policía Local, especializado también en la detección de matrículas falsas, continúa trabajando con esa misión. Buena parte de esos conocimientos los han adquirido a través de Adofor, la Asociación de Documentoscopia y Formación Policial, un foro de asistencia en línea en el que expertos de otros cuerpos de seguridad del Estado aportan su sabiduría y su opinión sobre cualquier duda que se presente.
En estos años la 'unidad' ya ha cosechado algunos éxitos. Hace un par de años se produjo un accidente por alcance en la ciudad, sin heridos, un simple golpe de chapa. Atestados envió una dotación y el carné que presentó uno de los conductores -marroquí- «era de un papel de textura extraña», de modo que acabó en manos de estos expertos, quienes determinaron que, efectivamente, era falso. Para establecer que no es auténtico disponen de bases de datos -como Prado o Edison- donde pueden compararse documentos de la mayoría de los países del mundo, aunque la experiencia suele ser un grado y, a la hora de llegar a conclusiones, pesa a veces más haber tenido en la mano permisos de esos países para darse cuenta del engaño. Cuando la irregularidad que aprecian los policías adquiere el estatus de delito, como fue en este supuesto, derivan el caso al GIAT.