La noche burgalesa ya no tiene punto y final los fines de semana. Desde hace poco más de un año, dos bares ubicados en la calle Briviesca, a escasos 300 metros de Las Bernardas, ofrecen cobijo a todos aquellos que se niegan a marcharse a casa y quieren seguir de marcha. No sirven chocolate, ni café, ni churros. Mantienen viva la llama festiva con cervezas y copas, que sumadas a las que ya llevan algunos de los parroquianos, no hacen sino aumentar su nivel etílico. Un cóctel que convierte a este entorno en un lugar conflictivo a primeras horas de la mañana. Ruidos, suciedad, molestias, discusiones y peleas. Cada vez más. En sólo un año se han duplicado y ya es uno de los principales focos de la ciudad, al nivel de las otras zonas de ocio.
Según el servicio de emergencias 112 de Castilla y León, a lo largo del presente año se han contabilizado en este entorno 34 trifulcas y agresiones. Son más del doble de las notificadas en todo el 2022. Es un número muy similar al de otras zonas de ocio como Bernardas o Bernardillas, aunque cabe resaltar que el horario de los locales de estos lugares es nocturno y que hay más establecimientos.
Lo que revelan esas cifras es que la práctica totalidad de las reyertas se producen en unas horas en las que el barrio tiene una actividad completamente normal. Entre las 8 y las 12 del mediodía. A veces incluso han tenido lugar más tarde. Esta situación no sólo genera el malestar entre los vecinos, sino también miedo a verse en mitad de una disputa cuando salen a la calle para hacer recados. No hay que olvidar que algunas de ellas han sido multitudinarias, de una extrema gravedad y que se han extendido a calles aledañas como Belorado, Calzadas, Segovia o Jesús María Ordoño.
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