El invierno suele ser, para los que amamos este mundo taurino, una travesía en el desierto de la emoción. Buscamos partidos de fútbol con los que entretenernos, nos abonamos a conciertos de música que sacien nuestra sed de espectáculo o acudimos al Coliseum para aislarnos del ruido de los bombos y los cánticos, cerrar los ojos, e imaginarnos que todavía está Morenito de Aranda cuajando el toro de Torrealta en el ruedo. Cuando abrimos los ojos nos desengañamos con los triunfos del San Pablo Burgos. Y nos alegramos aunque no salgan por la puerta grande. Por eso, los que sentimos esta pasión como nuestra tenemos que conformarnos con echar la vista atrás y rebuscar en la memoria para saborear los mejores momentos que nos ha dejado la temporada.
Una temporada en la que han chocado aniversarios de veteranía con inicios cargados de ilusión. En la que los profesionales burgaleses han saboreado el dulce sabor de la gloria y el metálico sabor de una sangre que se ha cobrado más de un susto. Un año en el que las ausencias en plazas importantes se han suplido con carácter, raza y triunfos en escenarios de menor relevancia. Y un año que, en definitiva, resume lo que han vivido Antonio Bañuelos, Morenito de Aranda, Roberto Martín 'Jarocho' y Óscar Borjas.
Por antigüedad y porque celebra su 30 aniversario al frente de su ganadería empezamos repasando el año de Antonio Bañuelos. Con la feria de Burgos dedicándole el cartel, su corrida en la capital no decepcionó. Su juego fue variado con algún animal de interés pero no fue la mejor. La mejor puso un techo muy alto, puso una emoción constante en el ruedo y dejó un toro que se ganó la vida eterna en los muletazos de Joselito Adame. Esto fue en Roa de Duero, la única feria que se acordó de todos los profesionales burgaleses.
En esa feria también dejó un importante toro de vuelta al ruedo con el que pudo expresarse Morenito de Aranda. Pero no ha sido el único escenario en el que sus toros han dejado el nombre de Burgos bien alto. En su debut en Valladolid los de La Cabañuela dejaron embestidas de mucho nivel que propiciaron el triunfo de Fernando Adrián. Con una presentación excelsa y con un juego variado, las crónicas hablaron muy bien de aquella tarde. Aunque para láminas las de los animales que presentó en Santander para la batalla épica de Roca Rey. La máxima figura del toreo se animó con el hierro de Bañuelos y protagonizó una de las mayores gestas que se han visto en mucho tiempo. Tarde rotunda de gloria teñida en sangre.
Morenito de Aranda no lo ha tenido fácil ni mucho menos este año. Se quedó fuera de los carteles de Madrid y tuvo que justificarse en todas y cada una de las plazas en las que le brindaron una oportunidad de torear. Es un torero de clase y mucho gusto. Un concepto que engancha a los entendidos. Pero el arandino cuenta con el hándicap reincidente de su espada. En Burgos todavía nos acordamos de ese estoque maldito que se llevó el triunfo de dos faenas que inventaron el arte.
Pese a eso ha cortado trofeos en plazas como Teruel o Roa, pero también ha tenido que enfrentarse a una cornada que estuvo a pocos centímetros de arrebatarle la vida. Fue en la francesa Vic-Fezensac donde un toro de Baltasar Ibán le dio otra oportunidad de vivir. Por suerte en el país vecino sí saben valorar el buen toreo y ha contado con cuatro paseíllos en sus plazas. También durante estos meses de 2023, en pleno auge del ciclo europeo, tuvo que buscar su sitio en Perú, toreando dos corridas y dejando su sello en el exilio.
Jarocho quiere probar suerte, quiere arriesgarse a saber cómo es la vida de un torero y este año también ha tenido que enfrentarse a esas situaciones que te hacen crecer como persona y como profesional por llevarte al límite de ti mismo. En los puñales encendidos de un novillo que le iba a dejar una de sus mejores tardes hasta la fecha se quedó enganchado durante cinco segundos que se hicieron eternos. La pierna literalmente partida en dos y unas heridas de las que tardan en cerrar le enseñaron lo que es la profesión.
Pero tiene casta el chaval y ganas de demostrar lo que vale de verdad y, lo que pasó en Pedrajas de San Esteban le supuso un impulso para continuar. Prueba de ello fue su tarde en su plaza de Huerta o el triunfo en Roa de Duero. Después de debutar con caballos a hombros en Ciudad Rodrigo, también se sintió torero en la oportunidad que se le brindó en Valladolid. Si todo va bien en este 2024 que viene, la intención es que se pueda presentar en Madrid y ferias de peso y responsabilidad para los novilleros.
Y concluimos el balance con el que quizá, ha pasado más desapercibido en los ruedos este 2023. Óscar Borjas no ha contado con apenas corridas. Se quedó fuera de Burgos y no pudo comparecer en Madrid debido a una lesión de última hora. Ha triunfado en plazas como Medina de Rioseco o Villarcayo, pero no ha contado con la continuidad que él habría deseado. Ojalá que el próximo año podamos contar muchos triunfos de nuestros profesionales.