Nunca pasa nada hasta que pasa. Al recién estrenado Gobierno de coalición del Partido Popular y Vox le preocupa, y mucho, la situación de algunos inmuebles abandonados de la ciudad. Ya no se trata de una situación de ornato, de estética o de salubridad, que también, sino el hecho de que alguno de ellos, según lamenta el concejal de Licencias, Ignacio Peña, representan «un problema de seguridad» y suponen un peligro real para quienes penetran en ellos.

Las últimas alarmas se han producido la última semana, después de que los Bomberos se hayan visto obligados a intervenir tanto en un inmueble abandonado en la calle Hospital Militar como en otro en Francisco Salinas. En el primero de ellos tras advertirse la presencia de jóvenes que habían entrado en el inmueble movidos por una curiosidad inconsciente, y en el segundo tras descubrirse que el edificio estaba habitado por unos okupas que, quizá también de manera poco juiciosa, se estaban poniendo en peligro a ellos mismos.

Aunque no es la norma, la ciudad está salpicada a lo largo y ancho de un buen puñado de inmuebles en situación de abandono en los que en algún momento se ha advertido la presencia de personas. Ejemplo de estos casos son el afamado edificio Campo (en la calle Entremercados), las antiguas fábricas de Mifer (en la carretera de Arcos) y de Lejías El Cid (calle Los Colonia), algún inmueble del Pueblo Antiguo de Gamonal, de la calle Calvario...

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