A las puertas de culminar un 2023 marcado en lo económico por la inflación, que aún sigue castigando a los bolsillos de las familias aunque en menor medida que en 2022, los burgaleses esperan que el 2024 pueda suponer un ligero alivio para sus bolsillos. La moderación del IPC desde que arrancó el año, dejando atrás los dobles dígitos que se alcanzaron el curso anterior, ha ayudado a los ciudadanos a sobrellevar algo mejor los compases finales del ejercicio.
Aunque a partir del próximo 1 de enero la factura doméstica verá como sube en aspectos relacionados con la electricidad, el gas natural, la telefonía o el alquiler, la contención de tipos de interés avalará una -ansiada- relajación del euríbor. De este modo, las más de 32.000 familias con una hipoteca a tipo variable verán cómo su desembolso mensual, una vez se revisen los créditos, se reduce en una media de 100 euros para una hipoteca tipo. Para un préstamo estándar, bajar 0,25 puntos básicos el euríbor supone un alivio de 250 euros al año, por lo que si las previsiones se cumplen y este índice cae al 3,25% -frente al 4,5% actual- el ahorro será considerable.
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