Primero estalló la pandemia. Luego llegaron las crisis de suministros, carburantes o transportes para que en febrero de 2022 se desatara una guerra a las puertas de Europa entre Rusia y Ucrania. A pesar de todas las adversidades a las que se ha tenido que enfrentar el Grupo Correa, la multinacional burgalesa vive un momento muy dulce en su historia reciente. Y refuerza su apuesta por Burgos con una inversión de 20 millones en un taller de mecanizado que creará más empleo. 

La compañía que preside José Ignacio Nicolás-Correa y dirige Carmen Pinto cerró el 2022 con una cifra récord en cuanto a los ingresos se refiere: los 98,2 millones de euros suponen un 28% más que en el ejercicio anterior. Esta evolución surge fruto de un exhaustivo proceso de diversificación de mercados y de sectores. A lo largo del curso pasado, la empresa exportó su producción de máquina herramienta -sobre todo, fresadoras- a medio mundo, a 23 países en concreto, de Europa, Asia y Norteamérica.

Destaca su progresión en mundos como el de la aeronáutica o la defensa, dos vertientes que tienen visos de avanzar -industrialmente hablando- mucho en los próximos años. A todos ellos hay que sumar el de la energía, especialmente la que procede de fuentes renovables. La cartera de pedidos a 31 de diciembre de 2022 ascendía hasta los 93,9 millones, un incremento interanual del 14% lo que compromete casi la producción para todo el 2023 y deja encargos ya programados para el 2024.

Es más, a finales de marzo Grupo Correa anunció la firma del mayor contrato de su historia, un encargo de la firma china NGC Gears, especializada en el sector eólico, que solicitó una decena de centros de mecanizado para tres fábricas que le doten de una mayor producción de piezas de transmisión mecánica de alto valor añadido. Los 21 millones en los que se valoró la operación dispararon un 9% la cotización de Correa en Bolsa hasta los 6 euros.