Ni una oleada de robos en viviendas o comercios, ni los alcantarillazos, ni tampoco los hurtos que hasta hace dos días era la infracción más frecuente. La ciberdelincuencia ha adelantado por la derecha a los delitos comunes en cuestión de dos años. Cada trimestre, encabeza la estadística de criminalidad ante la impotencia de unos cuerpos policiales que reconocen estar aún muy lejos de poder atajarlos. Y no sólo por la falta de medios, que también. La realidad es que la sociedad está aún 'en pañales' en cuanto al uso responsable de las nuevas tecnologías o las redes sociales. 

La última estadística publicada por el Ministerio del Interior confirmó el vaticinio que los expertos en ciberseguridad llevaban meses promulgando. La cibercriminalidad mantuvo intacta su escalada y superó en número a todas las infracciones comunes. En el tercer trimestre de 2022, los 2.136 delitos informáticos se quedaron muy cerca de los 2.176 hurtos, cuyas denuncias eran las más frecuentes hasta entonces. A día de hoy, las estafas en la red (2.635) superan con creces a los robos menores (2.114) y han dejado atrás a los asaltos con fuerza en domicilios y comercios (657). De continuar la tendencia es muy probable que el año que viene sean más que la suma total de la delincuencia convencional. 

Más que probable, admiten en la Policía Nacional, es casi una certeza. El comisario provincial, Jesús Nogales, lleva meses advirtiendo de que «aún estamos muy lejos de poder atajar los ciberdelitos». Una afirmación que corrobora con cierto pesar el jefe del Grupo de Delitos Informáticos, Antonio Salguero, quien coloca en la pandemia el punto de inflexión negativo. «Desde entonces pasamos cada vez más tiempo en internet y los delincuentes lo saben. Van cambiando el 'teatro', pero el engaño no deja de ser el mismo. Y seguimos cayendo», lamenta. 

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