El propietario de un negocio hostelero del centro de Burgos aceptó una pena de un año y medio de prisión por los abusos sexuales cometidos hacia una empleada a la que llevó en coche a un paraje cercano a la Cartuja y le realizó tocamientos cuando la joven se bajó para orinar. Además, no podrá acercarse ni comunicarse con ella durante cinco años y deberá indemnizarla con 9.000 euros por los daños morales causados.
Los hechos, que la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia Provincial da por probados tras la conformidad de las partes, se remontan al día 24 de diciembre de 2021. Sobre las 18:30, el ahora condenado, J.J.D.S., estuvo alternando por varios establecimientos del centro con sus dos empleadas. Una de ellas era la víctima y apenas llevaba trabajando para él unos tres meses. Una vez se fue la otra camarera, ambos regresaron al local para recoger varias pertenencias.
Estuvieron charlando un rato en el almacén del bar, donde según recoge el fallo la joven se empezó a encontrar incómoda porque J.J.D.S. había abierto una botella de cava a pesar de que ella ya le había avisado de que había quedado con su pareja y familia para ir a cenar por Nochebuena. De hecho, le dijo que había acordado reunirse con ellos en La Bolera. El condenado se ofreció entonces a llevarla en coche hasta allí, pero en vez de cumplir con lo prometido decidió ir hasta el entorno de La Cartuja.
Estacionó en el aparcamiento que hay frente a Floristerías Castillas, un lugar apartado y sin iluminación, porque aseguró que en ese momento se encontraba mareado. La víctima aprovechó para bajarse del coche e ir a orinar, instante en el que su jefe fue tras ella y la sorprendió por detrás. La joven trató de subirse los pantalones, pero él la cogió con ánimo libinidoso y puso su cara en el cuello. Acto seguido, pasó su mano por el pecho y por los glúteos por debajo del pantalón al tiempo que la dijo «estás muy buena, nadie se va a enterar».
La empleada le manifestó que no quería nada con él y le pidió que parase en repetidas ocasiones. Tras insistir durante unos segundos, finalmente J.J.D.S. se detuvo y decidió acompañarla hasta La Bolera para que se reuniera con sus familiares. Nada más bajarse, les contó lo ocurrido, llamaron a la Policía y la llevaron al hospital.
La joven, que en el momento en el que ocurrieron los abusos tenía 18 años, sufrió episodios de trastorno adaptativo mixto por los que precisó de tratamiento farmacológico y psicológico. Según los informes, presenta una evolución favorable con «sintomatología residual y ansiedad cuando tiene que enfrentarse a situaciones que le recuerdan a estos hechos». Es por eso que la sentencia fija una indemnización de 9.000 euros. La pena de cárcel será suspendida.