Sergio Herrera asegura estar viviendo un sueño en Osasuna. Este mirandés de 31 años lleva siete temporadas con el conjunto rojillo, al que llegó en Segunda División. Vivió la alegría del ascenso a la máxima categoría y es parte importante de ese crecimiento que ha experimentado el club navarro en los últimos años, lo que le permitió jugar la final de la Copa del Rey en la campaña 2022-23 y la Supercopa y la Conference League la pasada temporada. En edad cadete cargó su mochila de ilusiones y aceptó la propuesta del Alavés. Nunca pensó en llegar a ganarse la vida como futbolista «y mucho menos jugar una final de Copa». Asegura que siempre mantuvo los pies en el suelo y que su trayectoria está plagada de «pasos cortos». Jugó también en el Laudio, el Amorebieta y el Huesca, para después llegar a Osasuna. En Pamplona ha encontrado su otra casa, aunque como futbolista tiene aún una tarea pendiente, a la que denomina «espinita»: «Me gustaría cerrar mi círculo deportivo en Miranda».
¿Ha disfrutado especialmente la pasada campaña al jugar Supercopa, Conference League y haber conseguido el objetivo liguero con holgura?
Sí he disfrutado porque son experiencias nuevas que nunca había vivido. Quizás difícilmente las podré volver a experimentar. Hay que aprovechar todo eso y fue una pena lo que nos pasó en la Conference con el Brujas -Osasuna se quedó fuera de la fase de grupos en un partido que comenzó ganando 0-2-. También pude vivir la experiencia de la Supercopa.
¿Uno trabaja duro con la esperanza de que lleguen estos momentos?
Está claro que sí. Cuando trabajas y hay recompensa siempre es una alegría, porque hay muchos compañeros que se esfuerzan de la misma forma y que no reciben este tipo de premios. Cuando la suerte está de tu parte hay que valorarlo y disfrutarlo al máximo.
Sergio Herrera, portero mirandés de Osasuna. - Foto: Edu SanzDe lo que tampoco se olvida es de esa final de la Copa del Rey en el curso 22-23.
Llegar a una final de Copa, brindárselo a la afición y tener esa satisfacción personal de estar ahí con tu familia hace que todo eso sea el momento más importante de mi carrera y, de momento, de mi vida. Aquello tuvo un gran valor tanto a nivel emocional como deportivo.
Jugar una final de Copa del Rey fue el momento más importante de mi carrera y de mi vida»
¿Se imaginaba alcanzando estas cotas cuando fichó por el Alavés siendo cadete?
Es imposible imaginártelo. Una vez que sales a Vitoria vas quemando etapas y ves que vas alcanzando cierto nivel. Te van diciendo que vas progresando, pero no te imaginas ni siquiera poder vivir de ello, no te digo ya jugar una final de Copa del Rey. Hay que tener mucha cautela y por suerte he estado bien educado por parte de mis padres, que me han hecho tener siempre los pies en la tierra. He ido llegando poco a poco y dando pasitos cortos.
¿Para alcanzar este nivel es tan importante el trabajo como las cualidades futbolísticas?
El trabajo, el sacrificio y perderse muchas cosas son aspectos de nuestro día a día. Somos 24 horas futbolistas y tenemos mucho entrenamiento invisible, que la gente no lo percibe, pero que al final es tan importante como el físico. Eso es lo que te puede diferenciar de otros o que te permita llegar o no.
Después de una trayectoria amplia como la suya, ¿uno se queda también con todo lo que le ha permitido vivir el fútbol, además de esos logros deportivos?
En el día a día del fútbol se pasa mucho tiempo con personas con las que haces amistad. A la larga todo eso también se vuelve complicado porque a veces te tienes que despedir, pero siempre te llevas grandes amigos y grandes amistades.
Siempre he tenido la espinita y la ilusión de ir a Miranda con un buen nivel físico y mental para poder ayudar al equipo de mi ciudad»
¿Le gustaría poder cerrar su círculo deportivo en Miranda?
Sí, siempre lo he dicho públicamente. Una de las tareas que me quedan es poder jugar en Miranda. Creo que aún queda tiempo y todo puede cambiar, pero siempre he tenido esa espinita y esa ilusión de ir con un buen nivel físico y mental para poder ayudar al equipo de mi ciudad.
¿Que esté el Mirandés en el fútbol profesional hace que esa posibilidad la vea más cercana?
No miro una categoría u otra. Osasuna ha crecido mucho y me encaja por su filosofía y porque puede estar cerca de mi gente y de mi familia. No pienso que por estar en Segunda tenga más opciones de ir al Mirandés. Cuando llegue ese momento no me va a cambiar la opinión en la división que esté. Si el día de mañana podemos llegar a un acuerdo se hará seguramente. Si nos tenemos que encontrar en el camino nos encontraremos.
¿Está tan a gusto y tan asentado en Osasuna como se ve desde fuera?
Cuando uno está a gusto es algo que se nota y se percibe cada domingo. Tengo mi manera de ser y en la sociedad navarra he encajado y he gustado. Siempre me han visto con esa predisposición de defender a su Osasuna que tanto quieren. Socialmente estoy atento y trato de ayudar a la gente, además de aportar en el verde. Todo eso hace que en Pamplona sea una persona querida y que lleve tantos años allí pese a ser de fuera.
El trabajo, el sacrificio y el perderte muchas cosas son aspectos del día a día del futbolista»
¿El Sergio persona es muy diferente al que vemos sobre el terreno de juego?
Cambio bastante. Soy muy expresivo en el campo, entro a competir y hacer lo que sea, aunque luego hay veces que debo arrepentirme. Pero en ese momento soy pura energía y eso hace que a veces te equivoques y tengas que rectificar. Estoy aprendiendo de ello y sé que hay cosas que se pueden mejorar, pero otras son tu esencia y hay que mantenerlas.
¿Fuera del campo es menos impulsivo?
Mucho menos. Incluso muchas veces hasta tímido.
¿Es un orgullo para un burgalés ver que dos equipos de la provincia están en el fútbol profesional?
Esas siempre son buenas noticias. El fútbol mueve mucho y eso para la provincia es positivo y la pone en el mapa. Para los burgaleses tiene que ser una alegría porque anteriormente los dos equipos han estado en categorías más bajas y ahora verlos tan saneados es una alegría.
Que dos equipos de la provincia estén en Segunda División tiene que ser una alegría para los burgaleses»
¿Cada fin de semana está pendiente de lo que hace el Mirandés?
Sí, siempre. Si estoy en casa lo suelo ver. Si las circunstancias me lo permiten suelo ir a ver el derbi, tanto a Burgos como Miranda.
Según está el mundo del fútbol en el que el dinero es uno de los aspectos más determinantes, ¿es un gran mérito que una ciudad como Miranda tenga un equipo en Segunda?
Están haciendo bien las cosas. Sus recursos son limitados y está sabiendo manejarse tirando de mucho cedido y jugador joven. Los chavales ven que pueden ir a Miranda para luego salir a mejores equipos y yo he coincidido con algunos de estos futbolistas que hablan maravillas de Miranda y el Mirandés. Ver que jugadores tan jóvenes consiguen un rendimiento tan alto tiene que ser un orgullo para el club.
¿Han encontrado la fórmula para contar con futbolistas de mucha calidad sin tener que hacer un gran desembolso?
Lo importante es que el resto de los clubes confían en el Mirandés porque se han visto recompensados después de esas cesiones.
Cambio bastante cuando estoy sobre el césped. En la vida diaria soy menos impulsivo e incluso tímido. Estoy aprendiendo y sé que hay cosas que se pueden mejorar, pero otras son tu esencia y hay que mantenerlas»
¿Qué espera de la próxima campaña?
Más de lo mismo. Tenemos el aliciente de que vamos a tener un nuevo entrenador, aunque el grupo se está manteniendo bastante. Tengo ganas de empezar con Vicente Moreno, que viene con una energía muy positiva. Como todos los años nuestro objetivo será conseguir la permanencia lo antes posible para poder pensar posteriormente en otros objetivos.
¿Lo malo es que el listón está muy alto después de las últimas campañas?
Eso no tiene que ser un problema. El equipo y el club tienen las cosas claras y la permanencia es la meta. Tenemos buen grupo y buenos jugadores.
Ha salido Jagoba Arrasate con el que muchos llevabais varios años. ¿Comienza una nueva etapa para todos?
El fútbol tiene estas cosas y lo normal no suele ser que un entrenador dure tanto en un equipo. Jagoba (Arrasate) nos ha dado mucho tanto en lo deportivo como en lo personal, pero ha buscado otros retos. Llega un nuevo entrenador como Vicente Moreno y seguro que viene con ganas de trabajar y de sumar.
Estoy teniendo la gran suerte de vivir un sueño y además de estar en un gran club y una gran ciudad»
¿Su objetivo vuelve a ser seguir disfrutando?
Por su puesto. Estoy en Primera División, en una de las mejores competiciones futbolísticas que hay en el mundo y eso hay que disfrutarlo cada día hasta que uno vea que le está llegando la hora de la retirada. Estoy teniendo la gran suerte de vivir un sueño y además de estar en un gran club y una gran ciudad.
¿Con 31 años la retirada aún se ve lejos?
Más lejos se veía con 27 (risas), aunque espero que aún me queden muchos años en activo.
Cada semana estoy atento al resultado del Mirandés. Si puedo suelo ir a ver el derbi, tanto a Burgos como a Miranda»