El último paso a nivel que queda en Miranda será historia antes de abril. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) comunica que la obra para habilitar un nuevo acceso al barrio está «prácticamente acabada», por lo que el plazo para «la finalización total» del proyecto se reduce al primer trimestre de este 2024. Con este calendario, antes de abril se conseguirá una reivindicación histórica en la ciudad, donde se escuchó por primera vez la promesa de salvar las vías a través de un túnel en 2006. Un ejercicio después, el compromiso podría haber sido una realidad, pero las crisis y los cambios de opinión en Madrid han bloqueado un asunto que ha durado 16 años, aunque la lucha vecinal suma más de 30.
El Ayuntamiento conectó el paso inferior con El Crucero a través de la calle Alondra hace meses, pero quedaba la parte del Adif, que empezó las obras en noviembre de 2022. En total, el Administrador ha invertido 3,6 millones de euros para construir un paso superior sobre la N-I, una rotonda junto a las vías y todos los accesos para conectar las entradas y salidas para el tráfico rodado a esta parte de la ciudad. Prácticamente todos los enlaces están asfaltados y los elementos principales están acondicionados. De hecho, la entidad encargada de la red ferroviaria revela que solo resta colocar los sistemas de contención y la señalización horizontal y vertical para que los coches empiecen a circular.
En esta recta final, el Adif también contará con la colaboración de Iberdrola. La empresa eléctrica se encargará de desviar las líneas de alta tensión que afectan al paso superior sobre la Nacional. Además, también crearán un punto de conexión para el suministro eléctrico al sistema de bombeo del paso inferior, «dado que no se dispone de instalaciones de baja tensión en las inmediaciones», explica el Administrador.
En la compañía eléctrica detallan que estos trabajos son un encargo del Adif y los enmarcan en una segunda fase, porque la primera incluyó tareas para habilitar la pasarela peatonal instalada en el vigente paso a nivel. Esos trabajos están concluidos y ahora remarcan que «en la segunda actuación es necesario desviar la línea de alta tensión de 30kv que cruza tanto la N-I como el ferrocarril».
Cuando estos detalles están concluidos, la ciudad ganará un acceso a la N-I y evitará que los vehículos salven las vías solo cuando la barrera lo permita. Los vecinos detallan cómo se generan largas colas y por eso empezó a buscarse una solución en 2006. Aquel intento parecía que se iba a cumplir en 2009. Ese año empezaron unos trabajos que dieron para construir el paso inferior ahora utilizado, pero poco más, por lo que el túnel quedó como una isla en el desierto. Ahí empezó un largo periplo en el que el Adif buscó financiación con la venta de parcelas. La crisis del ladrillo influyó y no se encontró comprador, por lo que la financiación no llegó. El Ayuntamiento judicializó el asunto en 2018. Los tribunales lo rechazaron, pero en 2020 las relaciones volvieron a fluir antes de contratar los trabajos definitivos.